03 Junio 2024

Duelo perinatal: “La pérdida de un bebé suele ser un evento emocionalmente fuerte que se puede ver invisibilizado”

Angie Demierre Mardones, académica de Obstetricia de la U. Andres Bello, indica que frente a la pérdida de un bebé se debe vivir el duelo perinatal.

Perder un bebé durante la gestación o durante los primeros días de vida, es una situación que crea en la persona que gestó, su pareja y en sus cercanos, un sentimiento de profundo desvalimiento, tristeza, angustia, culpa, vacío o desesperanza. Es lo que se denomina el duelo perinatal.
“Las causas de la pérdida de un bebé antes de su nacimiento pueden ser varias, principalmente de causa fetal o materna”, explica Angie Demierre Mardones, académica de la Escuela de Obstetricia de la U. Andres Bello.
Angie Demierre
Dentro de las causas fetales están: una malformación fetal incompatible con la vida, restricción del crecimiento intrauterino, asfixia perinatal, alteraciones cromosómicas, entre otras y en las causas maternas pueden ser infecciones, enfermedades maternas graves tales como diabetes descompensada, hipertensión arterial, eclampsia, entre otros.
Sin embargo, la matrona destaca que “tener alguna de estas enfermedades no significan siempre una muerte perinatal asegurada, sino que aumenta el riesgo”.
¿Es verdad que las primerizas presentan más pérdidas de embarazo?
La pérdida de un embarazo pudiese ocurrir incluso en 1 de cada 4 embarazos, pero ser primerizas no es un factor de riesgo para sufrir la pérdida de un bebé. Lo que si existen son factores de riesgo.
¿Por qué cuando sucede este hecho se habla de un dolor invisible y solitario?
La pérdida de un bebé durante la gestación o sus primeros meses suele ser un evento emocionalmente fuerte que se puede ver invisibilizado, ya que por lo general no existe un proceso tradicional de entierro del familiar como sucede normalmente cuando alguien muere. En estas situaciones los padres y familia por lo general no guardan grandes objetos que le recuerden al bebé ya que no alcanzó a vivir o vivió muy poco.
Lo que sí existe son expectativas y sueños que se forjaron durante el embarazo: de cómo sería este bebé, cómo sería su carita, de qué color serían sus ojos. Además de las expectativas que los padres tenían de ellos mismos, de las cosas que ellos harían en un futuro con el bebé, pero que nunca se realizarán.
Solitario e invisibilizado, principalmente, porque existe una cultura tabú con respecto a la muerte perinatal, además de pocos ritos sociales que ayuden en este proceso.

Afortunadamente desde septiembre del año 2021 existe la Ley Dominga que asegura el acompañamiento, manejo clínico y trato digno del proceso de duelo perinatal asegurando ciertas prestaciones además de la creación de recuerdos del bebé que se pierde.
Tras la muerte de un bebé antes de su nacimiento, ¿qué se recomienda tanto para la mamá y papa?
Vivir el duelo, es lo más importante. Darse el tiempo de sentir el dolor, aceptarlo. No se debe olvidar, pero si aprender a vivir con ello. Ya que al igual que una muerte de un familiar, aquí se ha perdido a un bebé que debe ser despedido.
¿Cómo recuperarse de la pena para volver a intentar otro embarazo? ¿Cómo «inyectarse» esperanza?
La manera en que se vive este duelo es completamente personal y en cada persona se manifiesta de manera diferente en cuanto a cuán doloroso es, cuánto dura, cuánto impacta a la familia. Pero dentro de las claves que pueden ayudar a facilitar el proceso de duelo están: Ver al bebé y, si es posible, tomarlo en los brazos, crear recuerdos del mismo, ya sea impresiones de huellas y/o darle un nombre, organizarle un pequeño velorio o funeral dentro de las posibilidades que tengan en ese momento y buscar ayuda psicológica si siente dificultad en la superación del proceso de duelo. Hablarlo con la familia y acompañarse son factores que pudiesen ayudar a superar el duelo.
Ya habiendo superado el duelo se recomienda asesorarse con profesionales de salud perinatal matrones y/o gineco-obstetras para poder disminuir los factores de riesgo que pudiesen influir en una posible muerte perinatal posterior a la que se vivió.