Dra. Paula Charbonneau: “Esta transición global hacia el aprendizaje en línea podría ser la chispa para el cambio en la educación que nos ha eludido durante más de 50 años”
La experta en aprendizaje a distancia, Dra. Paula Charbonneau-Gowdy, ofreció una charla desde Isla Eduardo, Canadá, en el marco de la VII Conferencia de Cultura Científica UNAB. ¿Estamos frente a una nueva era de educación en línea?
“¿Qué conocimientos aprendimos luego de 20 años de investigación en educación online para enfrentar los desafíos de hoy?” Es la pregunta que la Dra. Paula Charbonneau-Gowdy, académica e investigadora de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales, se propuso responder en una reciente presentación realizada en el marco de la VII Conferencia de Cultura Científica de la Universidad Andrés Bello.
La Dra. Charbonneau ha estudiado por más de dos décadas el diseño y desarrollo de entornos de aprendizaje mixtos y a distancia que permitan una enseñanza de calidad. Es así que, a lo largo de su charla, relató diversos hitos de su investigación, lecciones y experiencias que la llevan a afirmar que el vuelco hacia la educación online gatillado por la pandemia es “una oportunidad excepcional para mirar la educación y cambiarla como nunca antes la habíamos podido cambiar”.
De acuerdo a la experta, la educación a distancia es vista, cada vez más, como una esperanza para el desarrollo económico y social, gracias a su potencial para eliminar las barreras que hasta hoy han impedido que muchas personas participen en la educación tradicional. Hoy, en tiempos de crisis, no es solamente una esperanza sino también un salvavidas.
El problema, dice, es que lo que se sabe respecto al aprendizaje online permanece en gran medida en un nivel general (por ejemplo, los problemas de infraestructura y gestión), y con información basada en datos cuantitativos: “Para entender el aprendizaje, online o no, es importante recordar que el contexto es todo”. Si bien los números pueden dar patrones generales, a su juicio, lo que se necesita conocer a fondo –y donde se requiere mayor investigación- es qué está pasando a nivel del aula, en relación a profesores y estudiantes.
“A la vez que avanzamos hacia extender el uso de aprendizaje online post pandemia -y estoy segura de que muchas instituciones lo están considerando- es a nivel de aula que podemos refinar nuestras prácticas y hacerlas más efectivas y beneficiosas para los estudiantes”, señala.
Calidad es la clave
Lo que sí se sabe con certeza, dice la Dra. Charbonneau, es lo que conduce al aprendizaje efectivo: la enseñanza de calidad. “Cuando hablamos del movimiento masivo hacia enseñanza online, se vuelve vital saber preparar a los nuevos profesores para sus roles online, y apoyar a los profesores más experimentados en la transición hacia esos nuevos roles”, dice.
Así, durante los últimos veinte años y a través de diversos proyectos, se ha enfocado en observar detenidamente contextos de aprendizaje, y lo que éstos dicen sobre los alumnos, profesores e instituciones.
Una de las observaciones clave en este aspecto es que las pedagogías que subyacen a los sistemas de gestión y programas de aprendizaje virtual se sustentan en las mismas perspectivas tradicionales de aprendizaje que existen desde el siglo XX. “Creo firmemente en el potencial de la tecnología para cambiar esta trayectoria y promover el aprendizaje del XXI; en otras palabras, pensamiento creativo, colaboración, innovación, comunicación, etc.”, dice Charbonneau. De acuerdo a la investigadora, esto implica buscar que los alumnos tomen el control y responsabilidad en la negociación de contenido, y que usen la tecnología para generar ese contenido.
Si bien el desafío de instar este tipo de cambio es una tarea larga y lenta –como cambiar el rumbo de un transatlántico, grafica- se dedicó a trabajar desde abajo en micro contextos de aprendizaje, para motivar el cambio a través de pasos pequeños incrementales, como por ejemplo, utilizar el potencial de las redes sociales como herramienta en aulas tradicionales.
Desarrolló modelos para la formación de futuros docentes, mejorando su alfabetización digital y apoyando de esta forma una transición hacia prácticas pedagógicas acordes a estos tiempos. Así, uno de los hallazgos fue que los niveles macro, intermedio y micro de una institución educativa están “inextricablemente unidos”, y la toma de decisiones tiene “una influencia significativa y poderosa en lo que sucede en las aulas”, es decir, en las prácticas de los profesores y los grados de interés y participación activa de los estudiantes.
Romper paradigmas
En proyectos más recientes, se ha dedicado a trabajar con formadores de docentes para desarrollar sus habilidades de creación de entornos de aprendizaje combinados (online-presencial) efectivos, con alentadores resultados.
“Estos resultados positivos están estrechamente vinculados a docentes que adoptaban en su enseñanza un enfoque más centrado en la comunidad, que eran capaces de dejar de lado el aspecto tradicional relacionado a la jerarquía y el poder en el aula. Que le daban mayor acción y control a los estudiantes, promoviendo el aprendizaje entre pares y la resolución de problemas”, señala la Dra. Charbonneau.
“Y lo más importante”, dice, es que “descubrimos evidencia sólida que indica que los cambios en la evaluación, sobre todo formativa y de retroalimentación, tuvieron una influencia significativa en que los estudiantes se volvieran más confiados y que aceptaran e incluso adoptaran nuevas formas de aprender”. Estos cambios se relacionan con reformular el concepto de evaluación hacia un proceso compartido y co-constructivo, no centrado en la recuperación de información aprendida de memoria, y con énfasis en las habilidades y el pensamiento metacognitivo.
Frente a la resistencia e incluso recelo que hoy observa en muchos educadores que ven el aprendizaje virtual como inferior al presencial, afirma que, de acuerdo a la evidencia, grandes cambios en la calidad de la enseñanza, como también en los roles e identidades dentro del aula, son posibles en espacios de aprendizaje en línea, con estudiantes pasivos y apáticos que se volvían participativos y activos, y profesores desempoderados e insatisfechos que pasaban a ser “facilitadores llenos de entusiasmo por su enseñanza”.
Si bien esto no se lograba siempre con todos los participantes, “lo que nuestra investigación sí logro fue permitirnos visualizar claramente un entorno en el que el aprendizaje combinado y el aprendizaje online son los catalizadores para reformar la educación superior. En otras palabras, guiar a las instituciones de educación superior a ser instituciones generadoras de conocimiento del siglo XXI centradas en el alumno”.
“Esta nueva transición global hacia el aprendizaje en línea provocada por la pandemia”, agrega Paula Charbonneau, “podría ser la chispa para el cambio en la educación que nos ha eludido durante más de 50 años. Ahora tenemos la oportunidad de hacerlo y sabemos cómo. Basado en los cambios significativos que pudimos generar en las identidades y roles tanto de profesores como alumnos a través de los diversos apoyos para la construcción de comunidades en línea, y las estrategias socioculturales que iniciamos en las aulas, el camino para alcanzar tales metas es mucho más claro”.
“Es una tarea difícil. Sería más fácil aferrarse al status quo pre-pandemia y esperar que una vez que esta termine, podamos volver a dar nuestras clases en educación superior. Tener estudiantes sentados en filas en grandes aulas absorbiendo información y luego repitiendo lo que les enseñamos en evaluaciones estandarizadas eficientes, para poder categorizarlos como un aprobado o un reprobado. Y poder continuar sintiendo cómodamente que lo que estamos haciendo es educar”, concluye.
Para conocer más detalles, puedes revivir la charla pinchando este link.