27 Diciembre 2022

Director del Instituto del Deporte y Bienestar de la UNAB recibe premio a la Trayectoria Deportiva del MINDEP

Jaime Fillol, extenista profesional y actual director del IDDB, recibió el premio Sergio Livingstone del Ministerio del Deporte por su aporte al desarrollo de la actividad física profesional en Chile.

“Me tomó por sorpresa, nunca me lo imaginé”, comenta desde su oficina en el Centro Deporte del Campus Casona de Las Condes, Jaime Fillol, director del Instituto del Deporte y Bienestar (IDDB) de la U. Andrés Bello, al ser galardonado por el Ministerio del Deporte (MINDEP), con el premio a la Trayectoria Deportiva “Sergio Livingstone” por su significativa contribución al desarrollo del tenis en nuestro país.

“Que el Estado de Chile reconozca mi trayectoria y el significado que tiene, fue algo realmente sorpresivo. Sin embargo, cuando recibí el Premio al Mérito UNAB el año pasado, también me sorprendió mucho, y me hizo dar cuenta cómo ha sido la evolución de mi recorrido. En los últimos 21 años, he estado en la U. Andrés Bello, no ha sido en la cancha o llevando programas deportivos, sino que ha sido en la educación o formación entrenadores deportivos, por lo tanto, es una contribución que aporta a los estudiantes y a mi desarrollo personal”, cuenta emocionado al recordar ambos reconocimientos.

Hoy, desde otra cancha -la académica- como director del IDDB de la U. Andrés Bello “el deporte es una herramienta educativa, ese ha el mensaje que he tratado de comunicar, es un medio que ayuda en el desarrollo de las personas”, asegura el extenista con 21 años de docencia en la UNAB.

Una trayectoria que deja huella

Para muchos, la vida se resume en años. Para otros en objetos de valor, sin embargo, para otros los espacios suelen ser lugares con historia.

Para Jaime Fillol, su oficina es reflejo de su trayectoria y huella profesional. Fotografías en blanco y negro de los ’70 -probablemente en algún torneo importante-, pelotas de tenis autografiadas por los más destacados tenistas, diplomas y galvanos de múltiples reconocimientos y fotos familiares, toda una historia de vida que forma parte de su día a día, ahí en medio de todo, asegura férreamente que “el tenis es el deporte rey”, sonriendo con admiración.

“El tenis es el gusto de jugar este juego.  Por eso digo que es el rey. Porque se juega en equipos de dos y debe existir mutua colaboración, yo no puedo jugar si no te entretengo a ti y tú no puedes jugar, sino me entretienes a mí. O sea, tenemos que estar los dos entretenidos en sintonía jugando, además, nunca sabes si vas a ganar o perder, no hay arbitro y esa es la gracia del tenis”, dice.

Para la autoridad, la descripción más significativa del deporte al que ha consagrado su vida la define como una actividad transversal, que no discrimina ni genera brechas de ningún tipo.

Jaime Fillol Durán, logró hacer historia en las canchas nacionales e internacionales durante los años ’70.

“El tenis reconoce tus resultados. No cuestiona ni pregunta quién eres, a qué club perteneces o algo por el estilo. Eres tú, con tus resultados. Si tú tienes resultados juegas, si no tienes resultados, te dicen, ‘tienes que mejorar tus resultados’, juegue en la clasificación previa, eso hace que tú te hagas responsable para que llegues a tu clasificación”, afirma.

Asimismo, explica que el rendimiento y los resultados no funcionan solo con la pasión o la intensidad. Sino que se trata de una sensación que solo se tiene que experimentarlo para entenderlo: “este deporte hay que sentirlo y vivirlo, se trata de desarrollo personal, de crecimiento que te va satisfaciendo en la medida que lo practicas”, dice.

Y, aunque toda su historia comienza y continúa con el tenis, reconoce que “jugaba fútbol. En mi tiempo jugaba fútbol y con mis hermanos y amigos del barrio, en el colegio y por el colegio lo hacía y me iba bastante bien”, recuerda.

“A mis padres les interesaba mucho que nosotros hiciéramos deporte, éramos una familia grande de cinco hombres y tres mujeres. Y, ellos veían que deporte era importante para nuestro desarrollo personal, entonces nos llevaron a un club de tenis, porque allí, tenían amigos que jugaban bien al tenis y les pidieron a ellos que nos acogieran y enseñaran a jugar tenis. Y, así fue como comenzamos a jugar”, destaca la autoridad del Instituto del Deporte y Bienestar UNAB.

 

Dentro de las fotos de su oficina, está esta imagen que evoca los éxitos de  Roland Garros, Copa Davis, entre muchos otros.

 

Con un 1.80 y manteniendo su impecable estado físico, el director de la carrera de Entrenador Deportivo, comenta que, durante sus inicios en Chile no existían escuelas o centros deportivos especializados para deportistas de alto rendimiento expertos en una disciplina.

“Aprendí a jugar tenis con mis hermanos, donde nosotros solo mirábamos y a veces jugábamos. En esos tiempos no existían las escuelas o academias de tenis, eran tiempos diferentes. Esa fue mi manera de aprender el tenis. Tengo muy buenos recuerdos de eso. Recordando eso, me pregunto: ¿cómo en ese entonces yo aprendí? Y lo comparo a la forma tan distinta que llevo enseñando y preparando estudiantes. No obstante, hay una base común y desde ahí todo se va dando para el crecimiento”, comenta.

 

Fillol, es un apellido que ha dejado huella en el deporte nacional e internacional por ser considerado el mejor tenista chileno de los años ’70, alcanzó el puesto 14 del ranking ATP, y llegó a las finales de Roland Garros, la Copa Davis y del US Open, entre otros torneos, siendo referente en tenis profesional para las futuras generaciones.

Una cancha distinta

El extenista profesional, hoy reconocido en la UNAB como “el profe Jaime”, lleva más de dos décadas formando profesionales en las carreras de Educación Física y Entrenador Deportivo. ¿Cómo llegó del US Open a la docencia?, Sus ojos azules emotivos que miran con franqueza revelan que “todo lo que he logrado estos 21 años, ha sido con la ayuda de Dios, él me guio desde que comencé este camino, desde que me llamaron de la UNAB, me especialicé y continué acá. Han confiado en mí y hoy me siento muy agradecido por la confianza y el trabajo que ha rendido frutos”, destaca modestamente.

Según relata, los caminos del deporte le abrieron grandes puertas “fui a competir en un campeonato mundial a Estados Unidos, y me fue muy bien. Llegué a semi finales. Y, el entrenador de la Ciudad de Miami me ofreció estudiar en la U. de Miami con una beca a cambio de jugar tenis por su universidad.  Fue así, como comencé, sin hablar nada de inglés y tuve que aprender todo desde cero”.

Finalmente, con orgullo y satisfacción de los frutos obtenidos tanto como jefe de las carreras que ha dirigido en la UNAB, como por el nuevo desafío que ha sido liderar el Instituto del Deporte y Bienestar, Jaime Fillol revela que siempre supo que el tenis sería la puerta de entrada a director técnico, entrenador o profesor, una cancha totalmente distinta.

Jaime Fillol, actual director del Instituto del Deporte y Bienestar UNAB. | Crédito de la fotografía: Carolina Corvalán.

“Cuando comenzó el proyecto deportivo en la UNAB, recién en Viña se estaban formando las carreras y luego en Concepción y hasta hoy ha sido un gran desafío. No solo ha sido mérito mío, es un trabajo de la universidad. Lógicamente mi compromiso también ha dado frutos porque hubo plazos que cumplir y se logró el objetivo de forma satisfactoria. Pero también pienso que la UNAB, vio en mí una buena persona, a la que había que apoyar y eso no se ha perdido, ha sido un trabajo de confianza que me tiene muy feliz”, concluye la autoridad.