Director del Instituto de Astrofísica UNAB: “Podremos hacer astronomía desde la Luna y la Tierra”
Dante Minniti, director del Instituto de Astrofísica UNAB, explica la importancia del reciente aterrizaje de la sonda IM-1 Odiseo en la superficie lunar. La nave cargaba seis instrumentos científicos para realizar investigación. Entre ellos, el telescopio ILO-X, equipamiento clave para el proyecto científico en el que participa como astrónomo invitado.
El reciente alunizaje de Odiseo, la sonda espacial perteneciente a la empresa norteamericana Intuitive Machines, es un hito que marca no solo la vuelta de Estados Unidos a la Luna tras cinco décadas, sino una nueva era de la exploración espacial, con colaboración pública-privada e interesantes posibilidades de investigación.
Esta es la segunda misión de la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS, por su sigla en inglés) de la NASA, encargada de llevar material científico a la Luna. De hecho, el módulo de alunizaje Nova-C, bautizado como Odiseo, transportaba seis instrumentos científicos de la NASA. Entre ellos, explica Dante Minniti, director del Instituto de Astrofísica de la Universidad Andrés Bello (UNAB), «se incluía el telescopio ILO-X, que es un par de cámaras que fueron diseñadas para tomar imágenes de nuestra galaxia. En la UNAB nosotros haríamos las observaciones de contrapartida terrestres, desde el Norte Chico, y las teníamos planeadas para que fueran simultáneas con las observaciones de la Vía Láctea tomadas desde la Luna, para estudiar distintos objetos en nuestra galaxia».
Minniti, junto con Maren Hempel y Angela Hempel, son los astrónomos del Instituto de Astrofísica de la UNAB que participaron en este proyecto científico como astrónomos invitados de la Asociación Internacional del Observatorio Lunar (ILOA por sus siglas en inglés). Esta es una organización internacional sin fines de lucro que busca expandir la comprensión del cosmos mediante observaciones desde la Luna.
Como líder fundador del mapeo infrarrojo de la Vía Láctea “Survey VVV”, Dante Minniti indica: “Nuestro objetivo científico, en particular, era adquirir imágenes de la Vía Láctea desde la Luna en el espectro óptico, y combinarlas con imágenes desde la superficie de la Tierra, también en el espectro óptico, y con el mapeo de nuestro Survey VVV, que está tomado en el espectro infrarrojo, diseñado para estudiar estrellas variables, por ejemplo, y para mapear el plano de nuestra galaxia”.
Esta es una misión precursora de la NASA, que será seguida de otras misiones en los próximos años que tienen como objetivo final establecer una base permanente en la Luna, equipada para la exploración de la superficie lunar y con un telescopio también permanente que permita realizar observaciones astronómicas.
Astronomía desde la Luna
Si bien el alunizaje de Odiseo es considerado un éxito porque la sonda no se estrelló, esta quedó posicionada de lado, impidiendo que se lleve a cabo la misión en su totalidad. De todas formas, el aparato continuó recolectando datos hasta que su batería se agotó.
De esta forma, el equipo científico logró recibir las primeras imágenes del telescopio ILO-X desde la Luna, “lo que es muy importante porque es una misión precursora que nos hace pensar que el futuro de la astronomía también está en las observaciones lunares”, explica Minniti.
“La primera imagen muestra un paisaje lunar unos pocos minutos antes de que la nave efectivamente alunizara en la superficie. Esta imagen muestra cráteres y la superficie gris de la Luna y demuestra que el telescopio estaba funcionando bien”, señala el astrónomo.
“La segunda imagen es ya desde la superficie de la Luna, tomada por la cámara de gran campo. Lamentablemente no se ve la Vía Láctea, que es lo que nosotros habíamos esperado, sino que, como el alunizaje fue de costado, el telescopio quedó apuntando en esa dirección. Entonces, esta es una imagen de gran campo que muestra el Sol y a los costados se ve parte del paisaje de la Luna, el terreno, y las patitas de la nave”, explica el director del Instituto de Astrofísica UNAB.
Estas tomas tienen poco valor científico, porque no se observó la Vía Láctea. Sin embargo, “son importantísimas, porque demuestran que esto es posible”, señala el académico.
En conclusión, estas semanas han sido muy emocionantes y con mucha expectativa. Al final, consideramos que la misión ha sido un éxito porque ha demostrado que esto se puede. A futuro, tal vez en unos pocos años, podremos hacer astronomía en simultáneo, desde la Luna y la Tierra.