Diario El Sur | Entornos violentos y adolescencia
Juan Uribe Guajardo, docente de la escuela de Psicología de la UNAB, sede Concepción, abordó los resultados del Diagnóstico sobre la situación de Derechos de la Niñez y Adolescencia 2025.
El Diagnóstico sobre la situación de derechos de la niñez y adolescencia 2025, hecho por la Defensoría de la Niñez, muestra esta complejidad.
En 2024, 57 adolescentes fallecieron por lesiones autoinfligidas y 51 por armas de fuego.
Estas muertes, junto con el aumento en atenciones de salud mental y consumo de sustancias, reflejan un entorno donde las condiciones para elaborar experiencias emocionales complejas son limitadas.
Un 32% de niños y adolescentes declaró sentir inseguridad en su barrio o escuela; en primero básico, esta percepción alcanzó el 59%.
La agresividad es esperable en la adolescencia, pero su manifestación depende del entorno para canalizarla.
El juego simbólico, el vínculo con figuras significativas y la posibilidad de expresar emociones en espacios seguros transforman la agresión en creatividad.
Sin estas condiciones, la violencia puede ser la única vía de expresión ante un mundo percibido como amenazante.
Adolescencia, exclusión y violencia
Entre 2019 y 2024, aumentó un 10,7% la cantidad de estudiantes de cuarto medio que dicen sentirse solos.
El 70% de estudiantes entre quinto básico y cuarto medio reportó haber sufrido acciones que los hicieron sentir mal, principalmente por su apariencia física (37%), forma de ser (30%) o rendimiento académico (30%).
Estas experiencias contribuyen a una sensación de exclusión que puede transformarse en conductas disruptivas o autodestructivas.
La presión por modelos sociales de éxito inmediato y supuesta perfección -reforzados por medios digitales- influye en cómo los adolescentes enfrentan conflictos.
La violencia no siempre es intencional, sino un intento de resolver la tensión entre lo que se espera ser y lo que se puede ser.
Esta distancia entre el ideal social y la experiencia interna alimenta impulsos que, sin mediación simbólica, derivan en conductas violentas.
Los datos sobre violencia sexual son significativos.
En 2024, hubo 89 interrupciones de embarazo en niñas y adolescentes; el 88% por violación, y el 58% involucrando a personas menores de 14 años.