Departamento de Economía y Administración analiza el uso del ChatGPT en la docencia
El director del Departamento de Economía de la Facultad de Economía y Negocios, Nicolás Garrido, ha encabezado un grupo de trabajo que busca desarrollar un enfoque pedagógico que aproveche al máximo las ventajas de la IA en la calidad educativa. Respecto del uso del ChatGPT precisó que, si bien puede incrementar un aumento en la productividad de la enseñanza, también podría ampliar la brecha de conocimientos y habilidades entre los estudiantes en el aula
La Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado un desarrollo acelerado en los últimos años, lo que ha facilitado un acceso masivo a estas herramientas. Con el objeto de potenciar su uso en la docencia, el Departamento de Economía y Administración de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad Andrés Bello (UNAB) ha analizado el uso del ChatGPT en la educación.
Para ilustrar los avances en esta materia se implementó un plan de trabajo en la FEN UNAB, que ha contemplado reuniones de profesores para analizar los beneficios y el potencial del ChatGPT, compartir experiencias y proponer nuevos casos de uso.
«La meta es desarrollar un enfoque pedagógico que aproveche al máximo las ventajas de la IA en la calidad educativa», asegura Nicolás Garrido, director del Departamento de Economía y Administración, destacando que se busca potenciar su uso en los procesos de enseñanza, aprendizaje y generación de contenidos.
En los encuentros se han presentado casos de uso concreto del ChatGPT, relevando su capacidad para resolver problemas de complejidad variable, y se mostró cómo puede contribuir a la creación de ideas, diseñar experiencias de aprendizaje personalizadas y potenciar la generación de conocimiento.
Garrido enfatizó los beneficios de la IA en la productividad del proceso de enseñanza y afirmó que, al integrar ChatGPT en la educación, se espera un incremento significativo en la calidad de la experiencia de aprendizaje. «Nuestro objetivo es lograr un aumento importante en la capacidad de enseñanza que ofrecemos a nuestros estudiantes», añadió.
Potenciar la docencia
Entre las experiencias con el ChatGPT compartidas destaca el uso que el director del Departamento de Economía y Administración ha realizado de esta herramienta en los cursos de Economía que imparte. Para ello, lo incorporó a partir de dos tipos de trabajos grupales, el primero de ellos, tenía una parte de resolución analítica utilizando matemáticas y una segunda parte interpretativa y de exploración sobre la solución del problema. El segundo, en tanto, presentaba una pregunta abierta sobre la que los estudiantes debían desarrollar sus respuestas y posteriormente formular más preguntas, conjeturando y fundamentando sus hipótesis.
Los resultados de estas dos experiencias generaron algunas reflexiones preliminares. Por un lado, explicó Garrido, «ChatGPT podría ampliar la brecha de conocimientos y habilidades entre los estudiantes en el aula. Resulta que la herramienta, en manos de estudiantes con una sólida formación previa, alta motivación y disciplina, puede mejorar significativamente sus conocimientos y habilidades. Sin embargo, para aquellos estudiantes que carecen de una buena base, motivación o hábitos adecuados, la incorporación de la inteligencia artificial en su estado actual no genera diferencias notables».
Por otra parte, añadió, «pone en evidencia que el proceso de aprendizaje es el resultado de la interacción entre el conocimiento y las habilidades socioemocionales de los estudiantes”. Si bien el ChatGPT entrega respuestas razonables a una enorme cantidad de preguntas, “la exploración del conocimiento y su incorporación se desarrolla a partir de lo que denominamos habilidades blandas como capacidades de comunicación, adaptabilidad, trabajo en equipo, pensamiento crítico y automotivación de los estudiantes».
En esa línea, de acuerdo con esta experiencia inicial, el académico destacó que la incorporación de este tipo de herramientas en la sala de clase, «pone de manifiesto que como docente tendremos que desarrollar mejor nuestras habilidades de soporte emocional y ser facilitadores del aprendizaje».
Personalizar el aprendizaje
Todo lo anterior, dio lugar a la segunda fase de uso del ChatGPT, en la que –a juicio del académico– se convirtió en un gran aliado para profundizar la aplicación del Modelo Pedagógico Institucional, ya que es «un gran facilitador para la utilización e implementación de metodologías activas».
Garrido desarrolló casos para que los estudiantes trabajaran en clase junto a la herramienta, luego desarrolló clases con la metodología aula invertida asistido por el ChatGPT y finalmente lo empleó para enfocarse de manera más precisa en las necesidades individuales de cada estudiante. Para esto último, a partir de las respuestas de cada uno, le solicitó a la herramienta recomendaciones para trabajar en la mejora de sus capacidades.
«Estas recomendaciones se convirtieron en el punto de partida para el desarrollo de una estrategia de enseñanza y aprendizaje más individualizada para cada uno de los estudiantes dentro de la sala de clase», resaltó.
Respecto del análisis general de la propuesta utilizar el ChatGPT sostuvo que fue «muy estimulante para todos», sin embargo, frente a los resultados observados surgieron observaciones de diferente tipo: «Por un lado, ChatGPT no está siempre disponible para usarse en la versión gratuita, y esto cuando es necesario entregar un trabajo dificulta su uso. En segundo lugar, los estudiantes se dieron cuenta con sorpresa que la herramienta realiza errores de álgebra y en ocasiones sus afirmaciones no son muy sólidas, por lo que es necesario supervisar y reflexionar sus sugerencias. Por último, los estudiantes manifestaron sus limitaciones para conectar las herramientas conceptuales de la teoría económica con los problemas que enfrentan cuando leen el periódico del día, y para esto ChatGPT no les dió ninguna ayuda».