Dr. Juan Felipe Espinosa de la FEN Sede Viña del Mar, analiza el escenario económico post pandemia: “es necesario repensar la idea de IED como solución única para el país”
Para el académico de la UNAB, la idea del “goteo” es justamente aquella que puede llevar a perpetuar los problemas que presenta la estructura productiva y de servicios en Chile. A partir de esto, explica, que la pandemia ofrece la oportunidad de replantearse la idea de que la IED será la gran solución o la solución única con la que el país podrá volver a una senda de desarrollo sustentable.
¿Qué hacer al respecto? es la única pregunta que vale la pena hacerse, ante la crisis que ha significado el COVID-19 para la infraestructura industrial y económica en todo el mundo. Sin embargo, las respuestas parecen esquivas y el crecimiento económico, una meta insuficiente. Si bien, la propagación de la enfermedad no se produjo de manera uniforme y simultánea entre países, comenzó a tener un impacto inmediato en casi todos los sectores industriales. Y es que la falta de suministro que fluye desde China, paralizó las cadenas de producción de una manera que no se había visto antes.
De la resultante recesión económica, han culpado a la economía globalizada, excesivamente dependiente de procesos de producción y fabricación concentrados en el extranjero. De la misma manera que otros, le han agradecido, a su presencia expansiva, las reacciones en cadena para responder al virus, la resistencia de la economía global y el mayor acceso a los recursos. Dos visiones en contraste y que probablemente instaran al sistema a optar por dos alternativas: el camino de las economías locales-globales o virar hacia una economía global-local.
Punto de inflexión que podría definir el futuro de la economía chilena y la del mundo y que en esta sesión de preguntas y respuestas es analizada por el director de los programas de magister en Dirección Comercial y Marketing Estratégico y el de Recursos Humanos y Habilidades Directivas de la Facultad de Economía y Negocios de la Sede Viña del Mar de la U. Andrés Bello y Doctor en Estudios de las Organizaciones de la University of Leicester, Juan Felipe Espinosa, para quien, ambos caminos, sí o sí, deberán conducir hacia un desarrollo basado en el concepto de co-creación y sustentabilidad, en lo social, medioambiental y económico.
_ Cuando el virus retroceda, cuándo la crisis disminuya, ¿qué quedará? ¿Qué tipo de economía se debería buscar?
_ Desde hace mucho, Chile depende mayoritariamente de la economía internacional. Esta realidad, sumada a la baja complejidad económica de nuestro país, nos hace enfrentar un panorama difícil. En particular, Chile, presenta problemas en lo referente a la economía del conocimiento y las soluciones que se deben buscar desde diagnósticos de problemas tangibles de las personas en su entorno inmediato. Con todo, en esta búsqueda de los problemas locales, no hay que romantizar el conocimiento “situado”. Es claro que el Estado, junto con la sociedad civil, deben encontrar las salidas a la increíble incertidumbre que se vive hoy por hoy. La economía del conocimiento se basa también en la ciencia y su desarrollo. Se podría decir que las políticas públicas desde arriba, unidas a diagnósticos desde lo local, pueden determinar de manera conjunta, soluciones mucho más pertinentes para el conocimiento y desarrollo que se base en una verdadera economía del conocimiento para Chile.
_ Hay quienes aún defienden la idea de seguir atrayendo la Inversión Extranjera Directa (IED) y esperar que la riqueza “gotee”. ¿Cree usted que esta visión podría cambiar gracias a los efectos de la pandemia en la economía mundial?
_ La idea del “goteo” o “chorreo” es justamente aquella que puede llevar a perpetuar los problemas que la estructura productiva y de servicios que nuestro país presenta. La epidemia nos invita a replantearnos la idea de que la inversión extranjera directa será la gran solución o la solución única con la que el país podrá volver a una senda de desarrollo sustentable. Esto, porque, el desarrollo sustentable, es la única viable en el contexto de problemas medioambientales, sociales y económicos extremos que demanda la realidad post-covid. Para que los acuerdos y la llegada de la inversión extranjera permiten un traspaso de conocimiento para nuestro país y para que dicha inversión permita el desarrollo sustentable, entonces el problema central es diseñar una estrategia que defina claramente qué cuáles son las áreas que pretendemos desarrollar y desde dicha necesidad, determinar con quién nos asociamos y cuáles son los fines de dicha inversión extranjera.
_ Pero ¿Qué tipo de IED?
_ En el mundo hay mucha liquidez, es el momento de ser mucho más agresivos, aprovechar, tal como lo comenta la economista Carlota Perez, la inversión asiática, norteamericana y europea. Dicha Inversión extranjera debe tener el prerrequisito de permitir sustentabilidad y solucionar los problemas que tenemos en nuestros países. En un mundo en donde las cadenas productivas se encuentran en cambio, a partir de la digitalización y del advenimiento de tecnologías como la robótica potenciada con aprendizaje profundo y impresión de 3D de metales, y donde una de las mayores empresas de inversión del mundo, Black Rock, exige que los targets de inversión posean objetivos sociales, económicos y medioambientales, son las “finanzas verdes” y socialmente responsables, las que permitirán que nuestro crecimiento sea de largo plazo.
_ ¿Es hora de transitar hacia una economía local en Chile entonces?
_ Como comentaba anteriormente, día a día, la idea de una sociedad más sustentable, en lo social, medioambiental y económico se hace más patente. Esto implica aceptar la indudable multi-realidad de los procesos, en donde lo local y lo general no sean consideradas categorías separadas. En donde lo natural y lo social, sean utilizados como categorías de análisis, pero no para tomar medidas, pues ya sabemos que cuando dañamos el ecosistema, la vida social de nosotros los seres humanos se afecta. Y cuando hacemos cambios en nuestra manera de interactuar, afectamos también aquello que llamamos “natural”. Aún más, sin considerar una sustentabilidad social, tampoco tenemos equilibrio en el desarrollo de una comunidad y por ende de una nación en su totalidad. Pensar en soluciones desde lo local es donde la economía del conocimiento que exige la vida post pandemia, cifra la innovación tan necesaria hoy por hoy.
_ ¿Un retorno a la normalidad sería un error?
_ Sin duda, la normalidad como la comprendemos ya no existe. La posibilidad de construir una operación basada en valores que cuiden con más claridad el equilibrio de nuestra economía local y de la economía nacional, nos obliga a repensar desde las bases el modelo de desarrollo que deseamos realizar. Más de lo mismo, profundizará los problemas estructurales que, por ejemplo, se basan en las diferencias de género que existe en los hogares del mundo y en particular en los hogares de Chile.
_ ¿Cree usted que en Chile las economías locales han desempeñado algún papel en la lucha contra el Covid-19? ¿Lo ha visto en algún otro país?
_ Por supuesto, muchas de las mejores innovaciones se realizan desde lo local. Hay que sólo mirar el caso de las ollas comunes y en particular, el caso de Rodolfo Guzmán, Chef y dueño del restaurante Boragó. Comenzando desde la idea de gastronomía como cultura propia de un país, genera capacidades únicas que permitirán confrontar la falta de alimento en momentos de mayor necesidad para nuestro país. Es ahora cuando sus ideas se ven probadas generando un sistema que le permite trabajar coordinadamente con los comedores y ollas comunes para solucionar con comida de alta calidad y a buen costo, el problema de carencias nutritivas que se vive por la pandemia. Este es el claro ejemplo que muestra que, desde lo local, con creatividad, con astucia, se puede hacer con lo que se tiene “a mano” en Chile, como por ejemplo son las algas y su variado tipo, una solución no sólo para el presente, sino también para el futuro de nuestras comunidades y países.
_ ¿Cómo se construye una economía basada principios de comunidad y cooperación?
_ Es evidente que una mirada desde lo local permite complementar a la mirada pública desde “arriba hacia abajo”. Esto porque un sistema complejo como es la sociedad y la economía se debe comprender y conducir aumentando la complejidad de los tomadores de decisiones, tal como la vieja ley de Ashby lo demostró para sistemas complejos. Por ello, la resiliencia mostrada en tiempos de pandemia, pero también en tiempos de decrecimiento económico como en los años ochenta en Chile, es un activo fundamental para construir una sociedad más resiliente frente a los problemas que se nos presentan y se presentarán en el futuro.
_ ¿Y el Estado?
_ Necesitamos un Estado que comprenda donde se debe innovar, pues, tal como lo comenta la economista Mariana Mazzucato, la historia muestra que la innovación y el emprendimiento se realiza sobre estructuras y cambio tecnológico que ha sido siempre facilitado por entidades estatales. Junto con ello, el resultado del aporte que el Estado realiza a los proyectos de emprendimiento debe socializar no sólo las pérdidas de estos, sino también las ganancias que se producen con el dinero de todos quienes aportamos en dicha inversión, por ejemplo, en los nuevos emprendimientos apoyados con fondos de CORFO y del nuevo Ministerio de Ciencia, Innovación y Conocimiento, que desarrolla ahora programas para el emprendimiento con base científica.
_ ¿Cómo deberían plantearse las políticas públicas para progresar hacia este tipo de economías?
_ Existen preguntas que se pueden realizadas desde la comunidad y el territorio local y otras que deben ser realizadas con una mirada más total. Esto porque existen problemas de diverso nivel. Lo local se inscribe en lo total. Es en ambas miradas que el diseño de una política pública para la economía posterior a la pandemia se puede realizar. Un ejemplo de esto es lo que se encuentra realizando Alemania al apoyar las empresas aéreas. El Estado alemán, exigirá que la operación de dichas empresas sea mucho más sustentable. Ese es el prerrequisito para el “salvataje” de líneas aéreas y empresas. Existe entonces un nivel de la totalidad que debe guiar el funcionamiento de un país.
_ ¿Las finanzas verdes y las finanzas cooperativas deben y tendrán un crecimiento importante?
_ Si además de lo anterior, podemos replantear aspectos relacionados con la propiedad, sin duda alguna esto sucederá. De hecho, pensar ya en emprendimientos desarrollados con fondos de los impuestos implica repensar la participación que el estado y también la sociedad tienen de los resultados de dichos emprendimientos. Además, el movimiento cooperativo, sobre todo en las cadenas alimenticias y agrícolas se verá fortificado por la resiliencia que ha aportado y seguirá crecientemente aportando. El problema de los “los comunes”, como lo muestran los estudios del premio nobel de economía Elinor Ostrom es más patente que nunca. La propiedad debe servir para solucionar problemas concretos. Quedarnos atados a un tipo de propiedad sería pensar en que ante la incertidumbre que la ciencia de las pandemias y del cambio climático ha mostrado existe en este tiempo, no existen soluciones múltiples que puedan confrontar con mayor diversidad, con mayor resiliencia y con mayor complejidad el mundo que nos rodea.
_ ¿Considera esencial desarrollar finanzas para apoyar las economías locales? ¿Un ejemplo de esto es la Caja Vecina?
_ Sin duda, uno de los problemas clave para que el aparato productivo y de servicios funcione, tanto a nivel micro, meso como macro, son los pagos, el acceso a fondos y el buen uso de los fondos. No basta con las nuevas tecnologías de pago y acceso a transacciones financieras. Pero, sin embargo, nuestro estudio de cómo opera la CajaVecina demuestra que los ecosistemas locales de pago y la bancarización ha permitido ser también más resiliente en la necesidad del efectivo y la realización de transacciones que aseguran una vida a quienes no tenían acceso a la banca y a otros servicios financieros. Esto, sin embargo, demanda más estudios, pues la pandemia también está cambiando la manera de realizar las transacciones.
_ ¿Cómo funciona este ecosistema financiero?
_ El conocimiento que tiene el vecino de su vecino genera posibilidades insospechadas, como lo demostró nuestra investigación cuando observamos cómo se “prestan” la tarjeta, y se confía en la realización de una operación por parte del operador de la CajaVecina en el negocio de barrio, mejorando la calidad de vida de todo el ecosistema financiero y de pagos local. Nuevamente, no debemos mirar románticamente este punto, sino comprender que es la emergencia de una solución local, con lo que se “tenía a mano”, misma que el estado debe cuidar, realizando la debida fiscalización y exigiendo precios adecuados por los servicios que esta CajaVecina cobra a los usuarios, mismos que requieren precios justos y que no pueden ser dejados al libre mercado, dado el tipo de mercado que se construye en torno a este tipo de servicio financiero.
_ ¿Cuáles podrían ser estrategias de creación de riqueza comunitaria que promuevan formas plurales de propiedad económica?
_ De todo lo comentado, es claro que la riqueza se puede generar en toda la cadena de servicio y producción. En particular, nuevamente con Mazzucato, debemos cuidar que el concepto de valor vuelva a tener una comprensión más cuidadosa. Cuestiones que en el pasado estuvieron en el centro del pensamiento económico. Es necesario repensar el origen de la riqueza. En particular la necesidad de replantear cuánto se genera con el mundo de los servicios financieros y la economía que produce bienes y servicios de otro tipo. Las operaciones financieras son absolutamente necesarias para mover el aparataje del mundo económico, de las empresas y de las comunidades, como el caso de la CajaVecina lo demuestra. Sin embargo, la pregunta por el valor y que significa persiste. Ya no basta con comprender el valor de manera subjetiva. La cruda realidad del cambio climático y de la necesaria sustentabilidad nos debe hacer reflexionar sobre cuáles son los servicios y bienes que aportan.
Esta nota es parte de la serie de actualizaciones sobre Coronavirus en la que los especialistas de la Universidad Andrés Bello (UNAB) ofrecen información sobre los últimos desarrollos e implicancias del brote de COVID-19. Más información sobre esta campaña impulsada por UNAB en “Prevenir en UNAB”.
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