Cuáles son los desafíos en Salud Mental que enfrentan las personas con Síndrome de Down
La directora del Diplomado en Salud Mental y Bienestar de Personas con Discapacidad Intelectual de la Universidad Andrés Bello, Paulina Varas, resalta la necesidad de promover la inclusión y el acceso equitativo a servicios de apoyo en esta área fundamental para el bienestar de la comunidad con Síndrome de Down.
En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, la atención se centra en los desafíos que enfrentan las personas con esta condición y otras discapacidades intelectuales en el ámbito de la salud mental. La directora del Diplomado en Salud Mental y Bienestar de Personas con Discapacidad Intelectual (PcDI) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Paulina Varas, proporciona una visión detallada sobre estos temas.
«Uno de los focos más importantes es que el 40% de las PcDI tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida. Es esencial estar atentos a las experiencias de vida y transiciones en las diferentes etapas del desarrollo, ya que son momentos críticos en los que pueden surgir problemas de salud mental si el entorno no está adecuadamente preparado para brindar el acompañamiento necesario», enfatiza Varas.
En cuanto al impacto de los trastornos de salud mental, la experta subraya que afectan significativamente la calidad de vida y el bienestar de las personas con Síndrome de Down y sus familias.
“La falta de oportunidades de participación y autodeterminación, junto con la escasez de profesionales capacitados en salud mental y discapacidad intelectual, agravan la situación», acota.
Entre las principales barreras para acceder a servicios de salud mental, Varas menciona la falta de conocimiento técnico, la persistencia de mitos sobre el Síndrome de Down y la necesidad de una formación continua para los profesionales. “Estas barreras dificultan el acceso a intervenciones adecuadas y limitan el apoyo que reciben tanto las personas con síndrome de Down como sus familias». sostiene.
En este contexto, Varas destaca la importancia de estar atentos a los cambios de conducta y de combatir las falsas creencias sobre la violencia asociada al síndrome de Down. «Si una persona con síndrome de Down presenta alguna conducta agresiva, es porque hay algo que no está bien y que está necesitando comunicar. No siempre la verbalización es la forma de expresar malestar, en muchas oportunidades una reacción intensa, también nos está hablando», explica.
Respecto a las formas de actuar, Varas sugiere acompañarse de un equipo integral, que tenga una mirada respetuosa y colaborativa. «Es necesario un abordaje desde lo comprensivo y preventivo», concluye.