Cooperativa Ciencia | Investigadora del CSB UNAB explica cómo genera potente biofertilizante a partir de residuos industriales
La investigadora del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello, Giovanna Anziani, habló con Cooperativa Ciencia sobre la creación de un potente biofertilizante a partir de residuos industriales, gracias a una técnica tradicional japonesa mejorada con biotecnología.
En conversación con Emilia Aguilar, conductora de la emisora online Cooperativa Ciencia, la investigadora Giovanna Anziani, del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (CSB UNAB) habló acerca de su trabajo para crear un potente biofertilizante a partir de residuos industriales. ¿Cómo lo hace? Combinando el bokashi, una técnica tradicional japonesa del siglo 17, con el uso de biotecnología.
Al final esto cuenta la historia de cómo el hacer ciencia desde distintos puntos nos puede llevar a una tecnología tan interesante como esta.
“Partimos desde el desafío de qué podemos hacer con un residuo industrial, específicamente viendo la problemática de lodos residuales desde las plantas de tratamiento de aguas. Y lo primero que se nos ocurrió fue algún tipo de abono o compost”, explicó Giovanna, pero al hablar con expertos de ingeniería ambiental de la UNAB concluyeron que la técnica del bokashi era la más adecuada para su propuesta.
En la entrevista, la investigadora explicó que, a diferencia del compost, que se obtiene por la descomposición de la materia orgánica, el bokashi tradicional es el resultado de la fermentación anaeróbica de las materias primas. A la mezcla de residuos se incorporan bacterias, hongos y levaduras que aceleran el proceso y que hacen que el producto final tenga microorganismos benéficos que enriquecen el suelo.
El trabajo de Anziani en el laboratorio del CSB UNAB consiste en el desarrollo y mejoramiento del bokashi tradicional para incorporar residuos industriales, contribuyendo así a la economía circular y obteniendo un potente biofertilizante agrícola.
La investigadora utiliza biotecnología para analizar los residuos industriales e identificar el perfil de sus componentes. A partir de esta información, incorpora el proceso de bioaumentación, es decir, agrega ciertos microorganismos, bacterias, hongos o levaduras al bokashi, seleccionados específicamente para controlar los patógenos y degradar los compuestos dañinos presentes en los residuos analizados.
“La lógica es más o menos parecida a la medicina personalizada. Por ejemplo, si hay residuos con muchas concentraciones de metales pesados lo que hacemos es determinar qué bacteria, hongo, o microorganismo específico podría servir para degradar ese metal pesado”.