Conversatorio CSB-UNAB: “Monitoreo de biodiversidad para una industria sostenible”
En un encuentro organizado por el Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello, investigadores de esta unidad dieron a conocer la importancia del uso de la ciencia y la tecnología para monitorear y mejorar la biodiversidad, con impacto directo y positivo en la producción agropecuaria y acuícola del país.
Una pérdida de biodiversidad del 10% puede disminuir en 3% la productividad de las actividades económicas que operan en los ecosistemas afectados, según estudios científicos. Dicha biodiversidad incluye a los animales, plantas, hongos y microorganismos que habitan en los bosques, suelos agrícolas, cuerpos de agua o fondos marinos, entre otros ambientes donde existen faenas productivas. De ahí la importancia de estudiarla y monitorearla.
En este contexto, el Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (CSB-UNAB) realizó el encuentro «Monitoreo de biodiversidad para una industria sostenible», el cual reunió a distintos actores de las industrias agrícola y acuícola del país. En un desayuno realizado en el Campus Casona, los invitados conocieron las herramientas y capacidades que el CSB-UNAB tiene disponibles para mejorar este aspecto de la gestión ambiental de las empresas productoras, y así ayudarlas a cumplir con las normativas ambientales y obtener licencia social para operar.
“En el CSB-UNAB estamos convencidos de que preservar la biodiversidad en nuestro país es un buen negocio. Chile es un hotspot de biodiversidad, con más de 7.000 especies endémicas que son una potencial fuente de alimentos, ingredientes, medicamentos y sustancias por descubrir. Hoy contamos con tecnologías precisas y rápidas para monitorear esa biodiversidad y sus efectos sobre la producción acuícola o agropecuaria, así como el impacto que estas faenas tienen sobre los ecosistemas donde operan”, explica la Dra. Pilar Parada, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas UNAB.
El encuentro contó con la participación de representantes de empresas, consultoras y asociaciones como Biopacific, Greenplus, WSP Ambiental Chile, Merkén Biotech y AFIPA, entre otras.
Biodiversidad: un activo para las empresas
Durante la actividad, el director de Sostenibilidad Industrial de CSB-UNAB, Derie Fuentes, se refirió a la aplicación de monitoreo de biodiversidad para la mejora productiva, evaluación de impacto ambiental y salud en agricultura intensiva.
Citando al economista y profesor emérito de la Universidad de Cambridge, Partha Dasupta, el investigador explicó que la biodiversidad debería ser considerada un activo por las empresas, ya que entrega servicios ecológicos que otorgan salud y resiliencia al ecosistema.
“En el caso de la industria agropecuaria, incluyendo cultivos de frutas y hortalizas, producción lechera, de ganado, porcina y avícola, el monitoreo de la biodiversidad utilizando herramientas moleculares puede contribuir a la mejora productiva y a una gestión ambientalmente sostenible”, señaló Fuentes.
Asimismo, Carlos Carroza, líder de investigación en Gestión Ambiental de CSB-UNAB, destacó la importancia de monitorear la biodiversidad en la industria acuícola, aun cuando esto no es requerido por la ley.
“El monitoreo de organismos presentes en lagos, ríos y fiordos donde operan centros de cultivo de salmones puede facilitar el seguimiento de escapes y su interacción con el medio, aportar a la estimación de capacidad de carga, evaluar el impacto de las descargas de materia orgánica en lechos marinos o lacustres y detectar aumento de resistencias antimicrobianas”, detalló.
Agregó que el uso de esta herramienta permite realizar una mejor administración de las concesiones, al identificar, por ejemplo, los lugares más propicios para establecer un centro de cultivo, o también para establecer de mejor manera y caso a caso los tiempos de descanso de los centros entre producciones consecutivas, entre otros. “Esto reduce los riesgos de rechazo de una operación año a año. A la vez, una buena gestión se traduce en producción y ganancias más estables”, sostiene el investigador.
Durante el encuentro, Carolina Peña, encargada de Nuevos Negocios de CSB-UNAB explicó a los asistentes el funcionamiento de la Ley I+D, un incentivo tributario al que se pueden acoger las empresas para rebajar de sus impuestos hasta el 52,55% de los recursos destinados a investigación y desarrollo.
Regulación ambiental basada en ciencia
Tras las presentaciones, los asistentes sostuvieron un diálogo enriquecedor en torno a diversos aspectos de los sectores agrícola y acuícola, con especial énfasis en el uso de la ciencia como insumo para el desarrollo de regulación ambiental.
Carlos Saldías, jefe de proyectos de Gestión Ambiental Acuícola de WSP en Puerto Montt señaló: “Llevamos años trabajando con la autoridad, con clientes, siendo intermediarios entre lo que pide la norma y lo que el cliente quiere para sus proyectos. Es muy importante generar nuevo conocimiento científico y que este esté presente en la normativa ambiental”. A su juicio, actividades como este conversatorio organizado por CSB-UNAB “son experiencias muy buenas para poder empezar a trabajar en ello”.
Por su parte, Alexis Véliz, gerente de I+D de BioUp, valoró positivamente la oportunidad de compartir con diferentes actores del campo de la investigación aplicada, “sobre todo por las temáticas que se abordaron, como es el análisis de biodiversidad para diferentes tipos de industria. Fue una jornada super nutritiva y reflexiva para todos nosotros, que además nos convoca a la colaboración”.
Una vez terminado el conversatorio, los asistentes pudieron recorrer las instalaciones del CSB-UNAB, ubicadas en el Edificio C-1 de Campus Casona. Allí los investigadores e investigadoras desarrollan soluciones tecnológicas para responder a las necesidades de instituciones públicas y privadas, principalmente en las industrias de alimentos, ingredientes, nutracéuticos, agricultura, apicultura, acuicultura, minería y el sector forestal.