CONOCE A TU PROFE | Una académica apasionada al teatro que tiene como objetivo humanizar la docencia
Rosa Villarroel, directora de la carrera de Trabajo Social en la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, destaca su compromiso con la docencia y pasión por el teatro. Acá cuenta su historia.
Rosa Villarroel, directora de la carrera de Trabajo Social en la UNAB Sede Viña del Mar, nació el 25 de diciembre de 1972 en Viña del Mar. Es titulada como Asistente Social y Licenciada en Servicio Social por la Universidad de Valparaíso. Además, ostenta un Magíster en Ciencias Sociales, con mención en Políticas Sociales, obtenido en la Universidad ARCIS.
En la actualidad, se encuentra en proceso de candidatura al Doctorado en Trabajo Social en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, donde está desarrollando su tesis doctoral centrada en el ámbito del Trabajo Doméstico Remunerado.
En su vida personal, forma parte de una familia diversa que incluye a su esposo y sus tres hijos: Valentina, Andrés y Cristi. Pero no se detiene ahí, ya que en su hogar cuenta con la compañía de cinco gatos, cinco perros, una conejita, un jerbo y una cabra. “Somos una familia que ama profundamente a los animales”.
¿Cómo y cuándo llegó a la UNAB?
Llegué a la Universidad por invitación de un colega trabajador social, allá por el 2008. Me invitaron a realizar algunas cátedras como docente adjunta. En 2010, me ofrecieron ser docente regular y asumir la coordinación de prácticas de Trabajo Social. Luego, fui secretaria académica de la carrera y, en 2021, asumí la dirección. Ha sido un gran desafío, pero he contado con un equipo de docentes regulares y adjuntos excepcionales.
¿Cómo nació su gusto por la docencia?
Siempre digo que llegar a la docencia fue un accidente; nunca pensé que tenía habilidades para ello. Sin embargo, cuando di mis primeras clases, sentí que había un gran reto en la formación de nuestros futuros colegas, porque conocía la realidad y los territorios. Eso me llevó a entender que el Trabajo Social necesita profesionales en el terreno, vinculados a la realidad local, regional y nacional, que traspasen no solo teoría, sino conocimiento situado. Eso me motiva a seguir en este camino.
¿Cómo es su relación con los estudiantes?
Creo que los propios estudiantes podrían describirla mejor, pero siempre he intentado ser cercana. Mi objetivo es humanizar la docencia universitaria; confío en las capacidades de los alumnos y en su potencial de transformación si son bien guiados. Hay que creer en ellos, guiarlos y acompañarlos más allá de simplemente poner una nota. Espero siempre dejar una huella en ellos, y espero que también lo sientan así.
¿Cuáles han sido sus máximos logros en lo profesional?
Creo que mis mayores logros están en encontrarme con un estudiante que me dice: «Gracias profesora por confiar en mí. Gracias por su apoyo». Eso es lo que marca la vida. Además, hay logros académicos, como algunas publicaciones e investigaciones, pero estos no tienen sentido si no se reflejan en el proceso de aprendizaje de mis estudiantes. Hay un compromiso social en la formación, porque ellos trabajarán con la comunidad y espero que siempre estén en sintonía con los derechos de las personas.
¿Cuáles son sus planes en lo profesional?
En la inmediatez, mi objetivo es terminar mi tesis doctoral y entregarlo a las Mujeres del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular (SINTRACAP). A nivel de dirección de carrera, quiero acompañar a los alumnos en este proceso de formación situado, conectado con la realidad y con la transformación social como horizonte.
¿Cuáles son algunos de sus hobbies y gustos personales?
Me apasiona el teatro. Desde el 2012, he estado formándome como actriz. He dedicado muchos fines de semana a recorrer la región con un grupo de amigos teatreros, representando fragmentos de la obra «La Remolienda». El arte y el teatro llenan mi vida y me permiten conectarme con las comunidades.
También disfruto tejiendo a crochet. Mis hijos a veces se ríen y me llaman «la mamá de la canción de 31 minutos» que dice: «mi mamá me lo teje todo». Me gusta viajar y leer mucho, especialmente obras de autoras como Rita Segato, Silvia Federici y Donna Haraway. Actualmente, estoy inmersa en el libro «Limpia» de Alia Trabuco.