Conoce a tu Profe | Pablo Johnson, un psicólogo que apuesta por el trabajo en equipo
Pablo Johnson Ramos, psicólogo y docente de la Universidad Andrés Bello, comparte su trayectoria profesional, su vocación por la clínica y la docencia, además de sus intereses personales y recomendaciones para estudiantes.
Pablo Johnson Ramos es psicólogo clínico y docente de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar. Desde hace más de dos años forma parte del equipo supervisor de la Clínica de Atención Psicológica (CAPSI), donde acompaña a estudiantes en su práctica profesional, combinando su experiencia en salud pública con la enseñanza en el aula.
“Mi rol es principalmente como supervisor de prácticas profesionales. Entonces, junto con los demás colegas de la clínica, acompaño en el proceso de práctica de estudiantes de la carrera que están haciendo su práctica acá en el CAPSI”, explica para agregar que “en este semestre estoy con psicopatología y psiquiatría II, con psicoanálisis II en diurno y en taller de intervención clínica en Advance”, explicó el psicólogo.
Con un Magíster en Psicología Clínica de la U. de Chile, el académico cuenta pasajes de su vida.
¿Qué lo motivó a estudiar psicología?
Creo que mi motivación inicial para ser psicólogo tuvo que ver con la necesidad de entender algunas cosas personales. Por otro lado, siempre fui más bueno para escuchar que para hablar, y creo que eso hizo sentido para la práctica clínica. Siempre quise trabajar más en la clínica que en cualquier otra cosa.
¿Qué lo llevó a combinar la clínica con la docencia?
Siempre he sido “ñoño”, me gusta estudiar, leer, meterme en ese cuento. Durante muchos años trabajé como psicólogo en la salud pública: en programas de atención a drogas, en consultorios, en el Servicio de Salud. Cuando se me dio la posibilidad de cambiarme para acá, se me abrió una flexibilidad que no tenía antes y la posibilidad de conectar mi trabajo de manera más directa con lo que me interesaba de estudiar.
¿Cuál ha sido su mayor desafío profesional?
Creo que mis dos desafíos más grandes no han tenido que ver con la práctica clínica propiamente, sino con la gestión. Estuve en cargos de coordinación y gestión dura, y eso para mí fue muy difícil, me costó mucho entrar en esa lógica. Una de las cosas que más disfruto ahora es que, aunque no ejerzo la clínica directamente, estamos todo el rato trabajando en la clínica.
Consejos para estudiantes
¿Qué significa para usted trabajar en la UNAB?
Hay harta responsabilidad en acompañar procesos de formación de estudiantes. Se siente la responsabilidad y el esfuerzo de hacer las cosas bien, de generar espacios en conjunto donde uno reflexiona, piensa y aborda los contenidos. Eso es lo que más disfruto.
¿Qué consejo le daría a quienes se están formando?
No hay que dejar nunca de estudiar, tanto formal como informalmente. Y en la vida, lo más importante que he aprendido es lo que significa tener un buen equipo de trabajo. Lo más difícil no son los pacientes, sino las condiciones institucionales y las relaciones en los equipos. Es clave contribuir a un buen ambiente y apoyarse mutuamente.
Más allá del psicólogo
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Me gusta ver series, películas, leer, jugar videojuegos y la música. Me gusta mucho cantar y tocar guitarra, aunque eso lo tengo más abandonado.
¿Alguna comida favorita?
La lasaña hecha en casa es mi comida favorita, y en comida chatarra, la hamburguesa por lejos.
¿Canción y artista favorito?
Mi música es más rebuscada, me gusta el metal y el rock progresivo. Una de mis canciones favoritas en este momento es The Grey, de Tesseract. También admiro mucho a Steven Wilson y su disco Hand. Cannot. Erase.
¿Serie o película favorita?
Una serie que me encantó fue The Haunting of Hill House. Es una mezcla de terror con drama familiar, muy bien escrita. No soy muy fan del terror, pero esa me tomó.
¿Libro favorito?
En cuanto a libros, estaba obsesionado con El Señor de los Anillos en el colegio. Hoy recomendaría Bahamut, de Francisco Ortega, un libro de ciencia ficción muy en la línea de Asimov, que también me gusta mucho.