CONOCE A TU PROFE | La profesora surfista que toca el ukelele
En este texto, te invitamos a conocer a la directora de la Escuela de Turismo y Hotelería de la UNAB, Mary-Ann Cooper Villagrán, quien dictará dos asignaturas de Marketing el segundo semestre de este año.
“El turismo tiene una mística súper mágica, tiene esto de ser anfitrión, de recibir bien, como cuando uno invita a la casa. Además, somos un país privilegiado, con sus paisajes, con cada uno de sus rincones inexplorados”, dice la directora de la Escuela de Turismo y Hotelería de la Facultad de Economía y Negocios de la UNAB, Mary-Ann Cooper Villagrán, quien accede a contestar algunas preguntas sobre su vida académica, su llegada a la UNAB y las actividades que copan su tiempo libre. De entrada, muestra en su trato algo a lo que se referirá durante toda la conversación, y es aquello que, en su opinión, es la esencia del turismo… la amabilidad, la experiencia de acoger. “Podemos tener los glaciares más lindos del mundo, pero es el servicio lo que te hace volver”, apunta.
¿Qué encontraste en tu formación profesional que te hizo transitar hacia el turismo?
Estudié Ingeniería Comercial, porque soy de Viña, y en ese tiempo, salvo en Santiago, no había tanta oferta de formación en torno al turismo. Pero en el Magíster que cursé había una asignatura, Marketing Turístico, al final del programa. Era un electivo. Y el programa también implicaba muchos proyectos, entonces yo trataba de elaborarlos en torno al turismo. Además, el seminario de tesis era un acompañamiento a alguna organización y a mí me tocó un hotel muy conocido que hay en Viña. Fue mágico, era mi tema, no sé por qué siempre fue mi tema, pero desde el colegio tenía el bichito por el turismo.
¿Cómo así?
Claro, en mi etapa de formación profesional, tuve la oportunidad de ver el tema del funcionamiento del hotel, del servicio, del detalle, pero mucho antes, cuando estaba en el colegio, viajaba al sur y lo que me parecía muy significativo y de alto impacto era toda esa riqueza natural y de paisajes que tenemos en Chile, que además en esa época tenía que ver con lugares de desconexión. Pensaba en lo orgulloso que teníamos que estar como chilenos de todo eso.
¿Cómo llegaste a la UNAB?
Me plantearon postular a un proceso y fue un momento súper bueno. Yo me estaba yendo tres meses a Australia, como académica invitada, y justo me llega la invitación a postular. Les dije que iba a estar tres meses fuera. Fue un proceso pausado y lento, pude estar allá, hacer investigación y luego entrar a la UNAB.
Has dicho que en la actividad turística algo fundamental es el servicio, la hospitalidad, el ser buenos anfitriones. ¿Es un sello que quieres imprimir a la carrera?
Acá en la Escuela hay un tema de servicio y de experiencia de servicio que está muy arraigado. Lo observo en nuestros alumnos y en cómo lo transmiten los profesores. Me ha impresionado porque en Chile, como sociedad, nos falta un poco más hacernos cargo de aquello que implica ser anfitriones. Y eso queremos que sea parte de la propuesta. Hay una oportunidad de reforzar lo que hacemos, de manera de transmitirlo a la industria del turismo. Necesitamos potenciar este espíritu de servicio. El servicio es la esencia para poder ir diseñando experiencias de hospitality, pero, siendo lo esencial y lo central, no percibo que lo trabajemos como algo identitario, lo damos por hecho como, tal como efectivamente sí hemos hecho al mostrar nuestra naturaleza, nuestro patrimonio. El poder vincularse de manera abierta y acogedora es contagioso.
¿Cómo eres en la sala de clases?
Uno tiene que ser y parecer. Lo que quiero dejar en clases es la excelencia en el servicio y que eso se pueda reflejar en cómo somos capaces de diseñar experiencias cocreadas. Me gusta el debate, la conversación, potenciar una cultura indagatoria, curiosa. En turismo, nos hace falta ser más curiosos. Hay que hacerse preguntas que vayan más allá. La actividad turística tiene un impacto que puede ser amplio y potente. A través del turismo podemos aportar a la solución de problemas globales, como los ODS. El aporte del turismo es mucho más que diseñar excelentes vacaciones. Es una colaboración amplia de distintos actores y la excelencia del servicio no sólo nos permite mostrar nuestra identidad, sino que es parte importante en el desarrollo de un turismo sostenible, de triple impacto y beneficioso para territorios a lo largo del país. Es lo que desarrolla un sentido de pertenencia en nuestros territorios, lo que nos hace querer y cuidar lo que es nuestro.
¿Y qué le puedes contar a los alumnos de Mary-Ann sin la investidura de profesora o directora de Escuela?
Surfeo, hace tiempo que lo hago, pese a que este año no he tenido mucho tiempo. Creo que el agua es un elemento fundamental para la mente y el corazón. También toco el ukelele. En Australia fui parte de una banda. Éramos puras mujeres provenientes de distintos lugares del mundo. Nos llamábamos las ukeladies. Era súper bueno, son cosas que te hacen valorar un proceso creativo, que no necesariamente es metodológico, pero que es pura creatividad. Hace bien, cuando se está en exámenes o estudiando, tener un espacio creativo durante el día.