06 Abril 2025

CONOCE A TU PROFE | Evelyn Vicencio, pasión por el Derecho Público y vocación por la docencia

Evelyn Vicencio, académica de Derecho, sede Viña del Mar, tiene entre sus metas formar profesionales con sólidas bases jurídicas, pensamiento crítico y un fuerte compromiso ético.

 

Comprometida con la formación jurídica y el desarrollo ético de sus estudiantes, la académica Evelyn Vicencio es parte fundamental del equipo docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.

Originaria de Quillota, es Licenciada en Ciencias Jurídicas por la Universidad de Valparaíso y Magíster en Derecho por la Universidad de Salamanca, donde actualmente cursa estudios doctorales. Su especialidad en Derecho Público —particularmente en Derecho Constitucional y Derechos Humanos— le ha permitido entregar una mirada profunda y crítica en el aula.

Su trayectoria en la UNAB comenzó en 2007, primero como ayudante y luego como profesora de cátedra, en un camino que ha estado marcado por una vocación docente que nació incluso antes de llegar a la universidad.

Vicencio recuerda con entusiasmo cómo en la enseñanza media ya disfrutaba ayudando a sus compañeros a prepararse para las evaluaciones, descubriendo así una temprana pasión por enseñar y compartir conocimientos.

Con una relación cercana y empática con sus estudiantes, destaca por su compromiso con quienes se inician en la vida universitaria.

Su enfoque va más allá de lo académico, priorizando también el acompañamiento humano en esta etapa de grandes cambios. Para ella, formar abogados de excelencia implica no solo entregar contenidos jurídicos sólidos, sino también fomentar el pensamiento crítico, la responsabilidad social y la ética profesional.

¿Cómo y cuándo llegó a la UNAB?

Mi vínculo con la UNAB comenzó alrededor del 2007, realizando ayudantías en el área de Derecho Público y Ciencias Generales en la Escuela de Derecho, y como profesora de cátedra de Trabajo Social. Tras finalizar mi Magíster en España, me integré como profesora de cátedra a la Escuela de Derecho.

¿Cómo nació su gusto por la docencia?

Desde mis estudios de pregrado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, sentí una fuerte inclinación por la docencia. Incluso en la educación media, disfrutaba preparando a mis compañeros para las evaluaciones en algunas asignaturas, descubriendo una profunda vocación en este ámbito.

¿Qué significa para usted ser académica de Derecho en sede Viña?

Ser académica de Derecho en la sede de Viña del Mar representa la oportunidad de contribuir a la formación jurídica de las futuras generaciones en un entorno cercano, comprometido y con una fuerte identidad regional. Es también una instancia para fomentar el desarrollo del pensamiento crítico y ético en el ejercicio del Derecho.

¿Cómo es su relación con los estudiantes?

La describo como cercana y comprometida, especialmente al impartir clases a alumnos de primer y segundo año.

Más allá de la formación profesional, me enfoco en acompañarlos en su proceso de adaptación a la vida universitaria, brindándoles apoyo tanto académico como humano en esta etapa crucial de su desarrollo.

¿Cuál es su mayor desafío como docente?

Mi mayor desafío como docente radica en encontrar el equilibrio entre la transmisión de contenidos jurídicos sólidos y el acompañamiento en el desarrollo de habilidades personales y académicas, especialmente en aquellos estudiantes que recién se están integrando a la vida universitaria. Busco crear un ambiente que promueva tanto el aprendizaje como la confianza en sus propias capacidades.

Y fuera del aula…

¿Tres sueños que tuvo cuando era niña o adolescente y que ya cumplió?

Lograr un título universitario, formar una familia y viajar.

¿Lo mejor y peor de su personalidad?

Lo mejor de mi personalidad es la empatía, mientras que a veces puedo ser algo impaciente.

¿Qué le gusta comer?

Pastas y carne.

¿Qué hace en sus tiempos libres?

Disfruto del cine, las series y reunirme con mi amigos y familia.

¿Qué debe tener un abogado de excelencia?

Un abogado o abogada de excelencia debe poseer una sólida formación jurídica, un pensamiento crítico agudo y un firme compromiso ético. Además, es fundamental que sepa comunicarse con claridad, actúe con responsabilidad social y tenga la capacidad de adaptarse a los desafíos cambiantes del entorno profesional.