Conoce a tu Profe | Entre los que se inician y los que parten en la formación de la Enfermería
Desde el estrellado Valle de Illapel proviene la directora de Enfermería UNAB, sede Viña del Mar, Pamela Varas. En esta entrevista se devela cómo su experiencia le permitió resignificar el sentido de su labor profesional.
Cuando pequeña, Pamela Varas Zúñiga deseó ser enfermera. Su vocación se despertó tras conocer la entrega compasiva de las Hermanas Hospitalarias, en un periodo en donde imaginaba en convertirse en religiosa.
Actualmente, es directora de la carrera de Enfermería de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, e imparte la cátedra de Bases Teóricas de Enfermería, a los alumnos de primer año, y está a cargo del Internado Intrahospitalario, junto a los estudiantes de que están por egresar.
“Es interesante esta mezcla que me permite estar con quienes recién parten y con los que están terminando su formación”, comenta.
Pamela Varas es una mujer con una energía positiva y natural.
¿Dónde nació? ¿es el mismo lugar donde creció?
Nací en una comuna del sur de la Cuarta Región, Illapel; en donde crecí rodeada de un valle lluvioso en esos años…
Es una ciudad pequeña, en donde se hacía mucha vida de barrio, se jugaba en la calle con los vecinos cuyas casas siempre estaban con la puerta abierta. Allí viví hasta que finalicé mi enseñanza media, luego me fui a estudiar a La Serena.
En la actualidad viajo lo más seguido que puedo a Illapel, mis padres están allá, y volver a su casa me llena de recuerdos y de mucha paz.
¿Cuándo y cómo descubrió su vocación?
Es un poco graciosa la historia o al menos curiosa. Estudié en un colegio de monjas en donde habitualmente se fomentaba la vocación hacia tomar los hábitos. En algún momento pensé en ser religiosa. Justo en ese periodo visitaron mi colegio las “Hermanas Hospitalarias”, congregación que se dedicaba al cuidado de los enfermos.
Entonces, entendí que mi vocación era enfermería. Ya en la Universidad y con las primeras prácticas se fue reafirmando esta vocación.
Ser enfermera me ha hecho muy feliz, me ha permitido crecer y desarrollarme no solo profesionalmente, sino también en lo personal. Hoy en mi trabajo en la Universidad sigo en ese proceso de aprendizaje, el que se construye en la relación con los estudiantes y en lo que ellos me entregan.
¿Qué es lo que más le apasiona de la carrera de Enfermería?
Siempre he dicho que no podría haber tenido otra profesión que enfermera en esta vida. Me apasiona el contacto con las personas y cómo en la relación terapéutica se puede generar un impacto positivo, no tan sólo en esa persona, si no en su familia y en la comunidad a la que pertenece.
También me llena de orgullo cómo la Enfermería ha contribuido en los últimos 40 o 50 años a mejorar las políticas públicas, permitiendo superar problemas de salud como la mortalidad y la desnutrición infantil y las enfermedades infectocontagiosas, entre otras tantas
Sus gustos
¿Tiene mascota?
¡Aw!… sí, mi “Jack”, es un mestizo que estaba abandonado y que llegó a nuestra casa el 2019.
La historia de la llegada de Jack tiene que ver con mi hijo mayor. La verdad no quería tener mascota, sin embargo, mi hijo Nicolás, que estaba en su primer año de universidad, insistió.
Un día llamó para contarme que había un cachorro abandonado y me envió una foto por Whatsapp…era pequeñito y con ojitos tristes, así que lo llevó a la casa.
Mi única pregunta fue si crecería mucho, a lo que Nico me dijo que no, que sería un perro chico. ¡Error! Es gigante, pero es pura ternura.
¿Qué pasatiempos tiene? Y ¿cómo surgió o surgieron?
Cuando niña nunca fui buena para el deporte, al contrario, trataba de eximirme de cualquier manera.
Hace 15 años empecé a trotar, sin embargo, la pandemia y una lesión en el tobillo me obligaron a dejar un poco de lado la actividad física.
Afortunadamente, en abril de este año retomé el trote, participando en una corrida de 5 kilómetros.
De ahí en adelante no he parado. Participé en dos corridas de 10k y actualmente me preparo para mis primeros 21k en la maratón de Santiago en mayo 2025.
A veces no tengo toda la energía para entrenar, pero es ahí cuando más voluntad hay que poner.
La sensación de satisfacción al cumplir lo programado en el entrenamiento es muy potente…. ¡imagina lo que es llegar a la meta en una corrida!
No importa lo que te demores, es un desafío personal en donde llevas tu cuerpo y tu mente a un objetivo. ¡Es bacán!
¿Tiene algún libro favorito? ¿Por qué?
Uno de los libros que más veces he leído es Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez. El realismo mágico con que se va contando la historia y cómo se mezclan hechos ocurridos en América Latina, lo convierten para mí en un imperdible.
Soy muy fan del autor, así que recomiendo también La Hojarasca, una historia en la que volvemos a encontrar a Aureliano Buendía. Por estos días se estrenó la serie de Netflix del primer título que menciono, 100% recomendable, pero por favor no se pierdan el libro.
¿Admira a alguna persona o figura?
Se que puede sonar como frase hecha, pero una de las personas que más admiro es a mi Papá. El nació en un hogar muy pobre, con padres analfabetos y con carencias importantes. Sin embargo, fue capaz de cambiar su destino, en base a superarse y a ser una mejor persona.
No pudo acceder a tener mucha educación, pero logró desempeñarse en un trabajo que le permitió crecer y formar una familia. Para él es motivo de orgullo todo lo que yo hago, pero no sabe lo orgullosa que yo me siento de él.
Un viaje a la niñez
Si pudiera viajar en el tiempo una vez (con regreso a su época), ¿a dónde iría y por qué?
Viajaría a mi niñez, a esos días de verano con tardes eternas jugando en la calle con los vecinos, para terminar, tomando once con pan con palta o huevo con tomate.
Me encantaría volver a esos días en que no hay preocupaciones y en los que podía abrazar a mi abuela, tan mágica ella. Tan mágica que nos contaba historias como la de haber sido trapecista en un circo.
Volvería a bañarme en el río de Illapel, a andar en bicicleta, a jugar al tombo, a acostarme agotada de tanto jugar. Hoy les falta mucho de eso a los niños…
¿Cuál ha sido su experiencia de vida más enriquecedora?
Cuando llevaba alrededor de 10 años como enfermera de UCI, me hice cargo del Programa de Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos. Ahí aprendí mucho de los pacientes y sus familias, aprendí a mirar la muerte desde una manera distinta, más amigablemente quizá…sin temor.
En ese trabajo sentí que podía trascender a través de la enfermería, ya no solo aliviando el dolor físico de los pacientes, sino también el dolor espiritual de ellos y sus familias.
Creo haberme sentido muy plena dándole un sentido distinto al trabajo del profesional de enfermería.