Conoce a tu profe | Alejandro Bravo Díaz, una vocación por la docencia que nace en casa
El secretario académico de Ingeniería Comercial de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, lleva más de dos décadas en la docencia, impulsado por una pasión por enseñar que viene desde la infancia y una fuerte conexión con sus estudiantes.
Alejandro Bravo Díaz recuerda que desde pequeño estuvo ligado a la docencia, rodeado de pizarras, cuadernos y correcciones. “Mi papá es profesor de biología, tengo un tío que es profesor de educación básica, una tía que también es profesora de matemáticas”, cuenta con orgullo.
Esa herencia fue decisiva para que, aunque eligiera estudiar Ingeniería Comercial, la docencia siempre estuviera presente: “Desde chiquitito en la casa veía a mis papás corrigiendo pruebas, preparando clases. Yo creo que eso debe venir en la vena”.
Estudió Ingeniería Comercial en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Posteriormente realizó un MBA en la UNAB, un Magíster en Economía en la Universidad Alberto Hurtado y un Master of Applied Economics en Europa.
Hoy, Alejandro es secretario académico de la carrera de Ingeniería Comercial en la sede Viña del Mar de la UNAB, donde también imparte ramos como Fundamentos de Economía, Microeconomía y Políticas Públicas. Su historia en la universidad comenzó con la primera promoción de la carrera en Viña del Mar, en el año 2002.
¿Por qué decidió estudiar Ingeniería Comercial y no una carrera en pedagogía?
Me gustaban las matemáticas y los negocios. Quería herramientas para emprender, pero también siempre tuve presente que quería enseñar. Elegí Ingeniería Comercial por su versatilidad, y luego fui fortaleciendo mi perfil académico.
¿Qué es lo que más le apasiona de la economía?
La economía estudia cómo se comportan las personas, y eso es lo que a mí me gusta. Siempre estamos tomando decisiones, y la economía nos ayuda a entender los costos, beneficios y cómo optimizar esas elecciones.
¿Qué es lo que más valora de su rol como docente?
La docencia es muy importante, podría hacer clases todo el día. Me encanta ver la cara de felicidad de los alumnos cuando logran entender algo que les costaba. Eso es lo que me mueve.
¿Cómo describiría su relación con los estudiantes?
Llena de orgullo ver a los alumnos después, cuando egresan, y con el cariño que lo saludan en los puestos en los que están ahora. Siempre se genera ese vínculo mutuo entre el profesor y el alumno.
¿Qué consejo le da a quienes están en esta etapa universitaria?
La universidad hay que vivirla completa. Hay que estudiar, pero también disfrutar. No se salten las etapas. Tiene que haber tiempo para el estudio, para pasarlo bien y para la familia. Hay que aprender a manejar los tiempos.
Vida fuera de la docencia
¿Cómo es su vida fuera de la universidad?
Estoy en el coro de la parroquia San Benito, me gusta tocar guitarra, cantar karaoke, jugar fútbol y practicar Jiu Jitsu. También disfruto mucho hacer asados, sobre todo un buen lomito vetado o choripán. De postre, el suspiro limeño es mi favorito.
¿Tiene algún libro, película o canción que le inspire?
Un libro que siempre me ha inspirado es El Principito. Mi película favorita es Kung Fu Panda, y una canción que siempre tengo presente es “Sweet Child o’ Mine” de Guns N’ Roses.