«Con Escuelab los estudiantes llegan a sus colegios felices contando todo lo que aprenden acá”
Wilson Cardona, encargado del ciclo Talleres Escuelab-Unab, química en contexto experimental relató cómo han sido los seis meses con adolescentes de cuatro colegios de la zona dentro de los laboratorios de la universidad.
Por un semestre completo, 16 estudiantes de los colegios Aurora de Chile de Chiguayante y Almondale Lomas de Concepción, además de los liceos Anita Serrano y Santa Leonor, de Talcahuano vivieron la experiencia de estudiar Química de manera práctica en los laboratorios de la Universidad Andrés Bello.
Esto, como parte del ciclo de Talleres Escuelab, bajo el apoyo didáctico del Dr. Wilson Cardona y las doctoras Fabiola Acuña y Olga Cifuentes de la sede Concepción Talcahuano UNAB.
El profesor Wilson Cardona, director de este proyecto de Vinculación con el Medio, explicó que la idea nace de colaboraciones con docentes de Química de colegios de la zona. «Una de las grandes falencias de los establecimientos es la falta de espacios adecuados para hacer la parte experimental de la química, un aspecto central en esta área, en la cual generalmente se experimenta y luego se teoriza, esto con el fin de darle una explicación sólida a eventos observados”, explica.
Facilitar el acceso
Disponer de los recursos necesarios es importante, pero no siempre accesible para todos los colegios. Los reactivos que se usan en los laboratorios, por ejemplo, son costosos al igual que la infraestructura requerida para ello. «Una balanza sencilla granataria de buena calidad cuesta 100 mil pesos y con 40 estudiantes no es suficiente una sola, se necesitan al menos 10. Entonces se debe invertir bastante solo en la implementación básica para tener un laboratorio con recursos mínimos».
Por eso, muchas veces no participan todos los estudiantes en las actividades científicas, «para evitar el deterioro de estos equipos y/o infraestructura” , asegura el impulsor de Escuelab.
Potenciar el interés
Agrega que la formación en el área de la ciencia se ha visto reducida en los colegios en las más recientes reformas educativas, «entonces cuando se les ofrece a los y las estudiantes con mayor con interés por ella, esta oportunidad de hacer experimentos, se ven deslumbrados y hay mucho interés por participar”.
Surgió entonces la idea de aportar desde la infraestructura UNAB, dotada de todos los elementos necesarios para llevar a cabo la actividad de manera segura. «Vimos cómo ofrecer una alternativa para apoyar la labor docente, ofreciendo algo que para los estudiantes es muy beneficioso, que es aprender la química en un contexto experimental».
«Escuelab permitió que los docentes pudieran percibir que puede hacerse química experimental con recursos relativamente bajos, ya que usamos como reactivos aceite, una botella de vinagre, un jugo de uva o de limón, entre otras sustancias que les puede servir a ellos para realizar diversos experimentos”, complementa.
Ampliar la experiencia
Si bien la relación con docentes es larga, esta es la primera vez que se abren los laboratorios de Química para que vengan alumnos de colegios, desde octavo básico a cuarto medio.
“Antes hicimos dos versiones de un taller para docentes y ahora lo hacemos para estudiantes, porque ellos ven esta ciencia muy experimental en la televisión, pero en los colegios no ven nada experimental, entonces . Si los atraemos ellos se verán interesados en participar en la formación científica, y sobre todo, hoy en día nos preocupamos de incentivar la participación de las mujeres en el área”, declara.
Medir el impacto
Para el profesor Cardona, lo más valorable e importante del proyecto es el efecto que están teniendo en los estudiantes, lo que están midiendo a través de encuestas, “con ellas evaluamos el aporte de este curso a su formación y relación con sus docentes y pares de los colegios, datos que vamos a utilizar para entender el impacto que hemos logrado con el taller”.
Agrega que para ellos algo muy valiosos han sido los comentarios de estos y estas estudiantes. “Los y las estudiantes llegan a sus colegios felices contando todo lo que aprenden acá, pero se sienten tristes porque son siete experimentos y ya estamos llegando al final«.
De los relatos de los participantes, destaca que, «ellos nos cuentan cómo ha sido su experiencia, dicen que así da gusto aprender química, e incluso algunos que ya expresan interés en seguir su formación en Ciencias y en carreras del área de la salud, como Medicina, Obstetricia, Odontología, ahora ya consideran como opción la química y química farmacéutica, entonces vemos que hay ya un cambio en su forma de sentir las ciencias”.