Columna de Opinión | Postergación de las elecciones
En columna de opinión el académico del Instituto de Salud Publica de la UNAB y experto en marketing político, Felipe Vergara, se refiere a la decisión del gobierno de presentar una reforma constitucional para postergar las próximas elecciones fijadas para los días 11 y 12 de abril. Dada la situación sanitaria actual, el texto, plantea, lo impracticable de llevar a cabo este proceso, fundamentando este argumento, a través de una comparación entre las cifras de contagios registrada durante el plebiscito de octubre pasado y los más de 7 mil casos actuales.
Por Dr. Felipe Vergara, académico Instituto de Salud Publica (ISP) de la UNAB
Hasta ayer, mucho se discutió sobre la necesidad de postergar, o no, las elecciones fijadas para los días 11 y 12 de abril. Sin embargo, y aunque muchos abogamos, porque éstas se pudiesen realizar, objetivamente, era impracticable. Varios países han tenido elecciones en pandemia y, sin ir más lejos, nosotros mismos, realizamos un exitoso plebiscito. No obstante, la realidad de octubre pasado difiere bastante de los estragos que el coronavirus está causando hoy en nuestro país. Al respecto, hay un par de datos que vale la pena consignar. Por un lado, se platea que estamos igual que en el peor momento de la pandemia en el 2020, sin embargo, la base de comparación es completamente desigual. En la actualidad existen cerca de un millón de ex contagiados, quienes hoy, cuentan con anticuerpos para disminuir su transmisión, y además, alrededor de 4 millones ya están vacunados con ambas dosis. Siendo así, en marzo estamos muchísimo peor que en junio pasado, porque tenemos similares contagios, pero con una base de comparación un 25% menor que hace un año y eso ya es demasiado grave. El otro aspecto para considerar tiene que ver con la disponibilidad de camas. La autoridad puede afirmar que queda un 5% de ellas, pero ese dato también induce a error, la realidad es que se han casi duplicado estas camas en el último tiempo. En otras palabras, estamos sobregirados en relación con la dotación habitual y la posibilidad de incrementarlas más, es a la luz de los expertos, casi imposible. Frente a ello, no están dadas las condiciones para que las y los chilenos podamos sufragar. Y con condiciones necesarias me refiero a un bajo riesgo de contagio, lo que redunda en una mermada participación electoral por temor al Covid-19. La democracia no se sostiene, si la libertad de elegir nuestras autoridades no está garantizada.