13 Noviembre 2024

Casona se convierte en el primer campus de la Universidad Andrés Bello en valorizar residuos orgánicos

Solo en algunos días, se han recolectado cerca de 400 kilos de restos de frutas, verduras y otros alimentos, y más de 1000 kilos de material vegetal

El Campus Casona de la Universidad Andrés Bello se ha convertido en el primer campus de la universidad en implementar el sistema de valorización de residuos orgánicos, liderado por la Dirección de Sostenibilidad de la UNAB en colaboración con la empresa Ecoretorna, donde el objetivo es transformar los residuos en recursos, contribuyendo al compromiso de la universidad de alcanzar la carbono neutralidad el 2038.

El proyecto que comenzó el pasado 10 de octubre en el Casino Copec del Campus Casona, ha recolectado y enviado 380 kg de residuos orgánicos, como restos de frutas, verduras y otros alimentos, para su valorización. En tanto, el equipo de jardinería, que partió el 3 de octubre, ha contribuido con 1.030 kg de materiales vegetales, incluyendo ramas y hojas. En total, ya se han recolectado cerca de 1.410 kg de residuos que de otra forma habrían terminado en un vertedero.

Alexandra Ross, directora ejecutiva de Ecoretorna, empresa partner del proyecto, indicó que “somos una empresa especializada en valorización de residuos, principalmente orgánicos, y estamos apoyando a la UNAB en este esfuerzo de transformar los residuos del Casino Copec y de las áreas verdes del Campus Casona en recursos valiosos”.

Un nuevo paso para la carbono neutralidad

Claudia Torres, directora de Campus Casona, destacó la importancia de esta iniciativa para el objetivo final. “Estamos muy contentos de sumarnos al proyecto de manejo de residuos orgánicos. Esto nos permitirá valorizar los residuos generados en nuestros casinos y jardines, contribuyendo así al Plan de Carbono Neutralidad 2038 de la Universidad Andrés Bello”.

Por su parte Lesly Orellana, directora de Sostenibilidad de la UNAB, entregó detalles de los pasos que continúan, agregando que “nuestro enfoque inicial es evaluar a fondo este piloto en el Campus Casona para identificar los aprendizajes que podamos replicar en otros campus de la universidad. Cada campus tiene particularidades propias, por lo que este análisis nos permitirá ajustar las estrategias para adaptarlas a las necesidades específicas de cada espacio”.

Además, Orellana agregó que está la posibilidad de instalar plantas de valorización in situ, lo cual optimizaría los procesos y ampliaría el impacto ambiental positivo de esta iniciativa.

Como parte de la expansión del proyecto, la Dirección de Sostenibilidad planea implementar campañas de educación y concienciación dirigidas a toda la comunidad universitaria. «Queremos que estudiantes, docentes y colaboradores no solo sean parte de este cambio ambiental, sino que adopten una cultura de sostenibilidad en su vida cotidiana”, agregó Orellana.