Carlos Arias: La UNAB me dio todas las herramientas de base que ocupo hoy
Carlos es alumni de Ingeniería Civil Informática de la UNAB y un experto en transformación digital, carrera que comenzó a forjar mientras cursaba tercer año de universidad. Ha trabajado para Microsoft, Nokia y la multinacional ALTIA, donde asesora en tecnología a distintos rubros empresariales del país con el fin de simplificar la vida de las personas.
¿Qué es lo que haces tú hoy en día y dónde estás trabajando?
Hoy estoy en una empresa, un corporativo de transformación digital o software factory, como se les llama a las empresas de tecnología que prestan distintos servicios, tanto a la entidad pública como privada. Básicamente, nos dedicamos al desarrollo de software, asesorías o consultorías de proceso de automatización, robotización, inteligencia artificial, o todo lo que tenga que ver con tecnología.
En esta empresa yo estoy como gerente de proyectos para distintos clientes de Uruguay, Costa Rica, Chile, entre otros países. Entonces, mi rol fundamental es gerenciar y salir a vender todos estos tipos de proyectos. Contactarme con el cliente, ver el desarrollo del producto y acompañarlo desde el inicio del proyecto hasta el término de éste.
¿Cómo ha sido tu camino para llegar a ese puesto?
Fue bastante extenso, la verdad. Yo vengo trabajando desde mi primer año en la universidad, cuando entré ya tenía conocimiento en tecnología. En la media me fui a un liceo técnico que abarcaba tecnología electrónica, entonces, venía estudiando desde antes y la verdad es que me enamoré de la tecnología.
Durante la media tuve mi primer acercamiento con los sistemas de PLC, en los que se automatizaban procesos por medio de programación.
Cuando entré a la Andrés Bello, la universidad tenía un convenio con Microsoft, para tomar cursos y realizar iniciativas. Había un programa que se llamaba Microsoft Student Partner, que básicamente es evangelizar todos los productos que tiene la plataforma, yo postulé y quedé como Student Partner para Chile. Lo que me permitió hacer charlas, eventos online y hackatones dentro de la UNAB y fuera.
Dentro de ese mundo me empecé a dar a conocer porque dictaba charlas de innovación, de tecnología, de cómo utilizar los productos de Microsoft, y justo en ese momento me ofrecieron un puesto como consultor externo.
¿Cómo fue la experiencia en Microsoft y cómo llegas a Nokia?
El puesto en Microsoft se enmarcaba en los desarrolladores ninja, cuya idea general del programa era que las personas que se interesaran en la tecnología Microsoft. Por ser líder con el programa dentro de Latinoamérica fui invitado por la empresa a San Francisco, donde me ofrecieron, en segundo año de universidad, un puesto de trabajo en Nokia, que en ese entonces venía todo dirigido desde Finlandia.
En Nokia me contratan como Technical Evangelist o Técnico Evangelista, donde básicamente hacía el mismo rol que estaba cumpliendo en Microsoft.
Fue el inicio de mi carrera, tanto Microsoft como Nokia y la universidad, me ayudaron en mis inicios a consolidar mi conocimiento técnico, para luego liderar las comunidades de desarrolladores.
¿Qué vino después?
Luego de eso me entró el bichito de crear mi propio startup que se llamó IGO.
Este emprendimiento lo hice junto a un socio, consistía en una plataforma que digitalizaba el proceso minero y que lo sigue haciendo hasta el día de hoy.
El proyecto fue bastante exitoso, ganamos varios concursos de innovación, tecnología y contamos con inversionistas que apoyaron el startup.
Trabajé aquí durante cinco años, tuvimos clientes como Komatsu, Codelco, BHP y varias más.
¿Por qué te vas del startup?
Quería experimentar el mundo corporativo y se me ofreció esta oportunidad en la que estoy ahora desde hace dos años y 10 meses aproximadamente, así que al entrar a ALTIA decido vender mi participación del startup.
Si te das cuenta no he pasado por tantas empresas, pero en cada uno de los lugares en los que he estado he aprendido algo, en el startup a crear un negocio desde cero, en Microsoft y Nokia a liderar proyectos, hacer presupuestos y ver ventas de productos.
En ALTIA es donde he consolidado todo mi conocimiento y he puesto en práctica toda la experiencia adquirida de las empresas en las que estuve.
¿Cómo ha sido la experiencia de ser gerente de proyectos en ALTIA?
Al día lidero todos los proyectos de transformación digital o de la línea de desarrollo que tiene la compañía dentro de Latinoamérica.
Me ha ido bastante bien dentro de esta compañía, hemos podido levantar la oficina de Chile con grandes ventas, o sea, generalmente estos últimos dos años hemos ido trabajando bastante bien.
Paralelamente, me gustaría mencionar también que soy mentor de Fundación Chile, dentro del área de Venture Capital, realizo mentorías a los startups que están dentro del portafolio, en temáticas como data analitics o science, inteligencia artificial, transformación digital, ecommerce, entre otros. Lo que me ayuda también a darme a conocer como experto en ciertas temáticas y contribuir al ecosistema de emprendedores que tiene el país.
De las herramientas entregadas por la universidad, ¿cuál crees tú que te ha servido para desempeñarte en lo que hoy haces?
Yo creo que fue la base teórica de la carrera, siempre he dicho que tuve muy buenos profesores, tanto en la UNAB de Concepción como de Santiago.
La base teórica que tiene la UNAB en la carrera es muy sólida, si bien, hay que estudiar más y no quedarse solamente con lo que entrega la universidad, fue una herramienta super clave a la hora de salir al mercado.
Si tengo una buena base teórica fue porque me lo entregó la universidad. Y dentro esa misma línea, me sirvieron bastante los cursos prácticos, donde te acercaban al mundo del emprendimiento, por ejemplo. Uno terminaba y ya sabía cómo crear un startup, gestionar el presupuesto, liderar un proyecto, hacer flujos de caja, etc.
La UNAB me dio todas las herramientas de base que ocupo hoy.
¿Y cómo fue tu paso por la universidad?
No participé mucho de las fiestas de la UNAB, me dediqué más a estudiar dentro de la universidad, pero tengo tres profesores que me ayudaron bastante, porque tenían muy buena disposición y se quedaban conmigo después de clases explicándome cosas o aclarando dudas. Recuerdo a la profesora de cálculo, Aida Cortes; al profesor de tecnología, Gonzalo Pérez; y la profesora de profilaxis, Lilian San Martín.
Destaco también los servicios de biblioteca que tenía la universidad, tanto en Concepción como Santiago tenía muy buenos libros y actualizados.
¿Cómo fue la experiencia de realizar un curso en MIT?
Hice un curso de especialización en el MIT hace unos años que duró un año y medio, si lo traduzco es diplomado acá, pero si me voy allá es una especialización.
Fue una especialización en Data Science, orientado a inteligencia artificial y obviamente mucho más. Pero aparte de eso, siempre estoy estudiando y perfeccionándome dentro de mi profesión, me he certificado en SCRAM y también en PMO, lo que me ha permitido desempeñarme como gerente de proyectos.
¿Cómo contribuyes a la sociedad?
Actualmente, lo que hago es prestar servicio tanto al Estado como la entidad privada.
Y lo que más me gusta es cuando trabajo con proyectos dentro del Estado porque estamos facilitándole la vida a la ciudadanía. Lo hemos hecho no solo con el Estado chileno, también con algunos países vecinos y en la Unión Europea. Pero simplificar la vida de las personas a través de la transformación digital es lo que más me emociona, me lo han agradecido muchas veces los que no son nativos digitales, porque estás haciéndole la vida más fácil y rápida, entregándole las herramientas necesarias para que puedan optimizar los tiempos y hacer su trabajo de una forma más adecuada.
Siempre me ha gustado ese mundo de crear tecnologías que aporten a la sociedad para poder darle una herramienta amplia y justificable. Con la tecnología se pueden hacer muchas cosas, desde el área de la salud, de empleabilidad, la economía, entre otras.
¿Cómo te ves en futuro, con algún emprendimiento?
Sí, en eso estoy, viendo una idea de negocio que surgió con el incendio y cómo la inteligencia artificial permitiría una detección temprana. Esa es una de las ideas que estoy piloteando con un amigo. La otra es hacer bodegas inteligentes y colaborativas, directamente para venderle a las clínicas o consultorios, y que tiene que ver con compartir el stock de algún medicamente.