CAPSI UNAB analiza el impacto de los diagnósticos de salud mental en espacios educativos
El conversatorio, que forma parte del Ciclo de Conversatorios sobre Salud Mental y Sociedad de CAPSI UNAB, contó con la participación de las especialistas que profundizaron en la variedad de diagnósticos presentes en las escuelas y su impacto en los estudiantes.
En un esfuerzo por comprender mejor el complejo entramado entre la salud mental y el ámbito educativo, la Clínica de Atención Psicológica (CAPSI) de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales (FECS) de la Universidad Andrés Bello (UNAB) organizó el Conversatorio «Salud Mental y Escuela: usos diagnósticos en los espacios educativos».
«A partir de nuestra experiencia en la clínica, detectamos un exceso de diagnósticos de trastorno del espectro autista y de trastorno de personalidad. Esta observación nos lleva a reflexionar sobre la frecuencia de los diagnósticos y su impacto, tanto dentro como fuera de la institución», indicó la directora de CAPSI UNAB, sede República, María Carolina Carrera.
El evento, que forma parte del Ciclo de Conversatorios sobre Salud Mental y Sociedad, contó con la participación de las especialistas Constanza Lizama Vidal, psicóloga y magíster en psicología educacional, y Mónica Peña Ochoa, psicóloga y doctora en educación.
Las expertas profundizaron en la variedad de diagnósticos presentes en los espacios educativos y su impacto en los estudiantes. Desde el análisis de los diagnósticos médicos hasta los psicológicos, se exploraron las implicaciones de etiquetar a los alumnos y las expectativas asociadas a estos diagnósticos.
«Debemos reflexionar sobre la finalidad de los diagnósticos en educación y si están siendo aliados u obstáculos en las trayectorias educativas. Es fundamental que los diagnósticos conduzcan a la creación de planes de acción que beneficien a toda la comunidad educativa», sostuvo Lizama Vidal.
El conversatorio sirvió como espacio de reflexión sobre cómo los diagnósticos pueden influir en la dinámica escolar, desde la forma en que se percibe a los estudiantes hasta las intervenciones que se realizan en función de estos diagnósticos. Se discutió la importancia de evitar la estigmatización y la sobremedicalización de los niños y jóvenes en edad escolar, así como la necesidad de abordar los diagnósticos desde una perspectiva más holística y comprensiva.
«Debemos adoptar un enfoque más amplio y comprensivo, considerando no solo los síntomas, sino también el contexto social, emocional y familiar en el que se desenvuelven nuestros estudiantes. Solo así podremos proporcionarles el apoyo adecuado y promover un ambiente escolar inclusivo y saludable», resaltó Peña Ochoa.
Otro de los puntos destacados fue la reflexión sobre cómo los diagnósticos pueden convertirse en una forma de violencia simbólica y en una herramienta de control, y se planteó la necesidad de repensar el enfoque hacia la diversidad de estudiantes y sus necesidades individuales.
En conclusión, el conversatorio proporcionó una plataforma para profundizar en el análisis crítico de la relación entre los diagnósticos y la educación, destacando la importancia de abordar este tema de manera integral y sensible en los entornos escolares.