Biobiochile.cl | Académico UNAB alerta sobre desabastecimiento de fórmulas especiales para bebés en Chile
Diego Rodríguez, académico de Obstetricia UNAB, advirtió en una columna en Biobiochile que la falta de fórmulas especiales para lactantes compromete la salud y el derecho a la alimentación infantil.
El desabastecimiento de fórmulas lácteas especiales para bebés alérgicos ha encendido la preocupación de Diego Rodríguez, académico de la Escuela de Obstetricia de la Universidad Andrés Bello, quien advirtió en una columna publicada en Biobiochile que esta situación compromete tanto la salud de los recién nacidos como el bienestar de sus familias.
Rodríguez explicó que las alergias e intolerancias alimentarias en lactantes han ido en aumento en los últimos años, siendo una de las más comunes la alergia a la proteína de la leche de vaca.
En estos casos, los bebés no logran digerir principalmente la caseína, lo que provoca síntomas que van desde diarrea, sangre en las deposiciones y cólicos, hasta urticaria, vómitos y regurgitaciones persistentes
El académico señaló que esta condición no solo afecta directamente al recién nacido, sino que también impacta a las madres, quienes muchas veces deben restringir severamente su dieta para mantener la lactancia. Sin embargo, recalcó que en numerosos casos “la única alternativa segura es recurrir a fórmulas lácteas especiales, libres de proteínas derivadas de la leche de vaca”.
El problema, advirtió, es que estas fórmulas son altamente costosas y, para muchas familias, prácticamente inaccesibles. Hasta ahora, el Programa Nacional de Alimentación Complementaria (PNAC) había asegurado su provisión, entendiendo que “no se trata de un producto opcional, sino de un insumo vital para el crecimiento y la vida de los lactantes alérgicos”.
Ante el actual desabastecimiento que enfrenta el país, Rodríguez fue enfático en señalar que garantizar un suministro seguro y continuo debe ser una obligación del Estado:
Si como sociedad declaramos a la infancia como prioridad nacional, garantizar un suministro seguro y continuo de estas fórmulas debe ser una obligación de política pública. No hablamos de un beneficio adicional, sino de un derecho básico que resguarda la salud y nutrición de nuestros niños y niñas.