Biobiochile.cl | A 15 años del accidente en San José, persisten los riesgos en la minería
Edgar Sanmiguel Jaimes, académico de Geología de Universidad Andrés Bello, sede Concepción, abordó lo ocurrido en la División El Teniente de Codelco tras un sismo que dejó consecuencias.
San José representó una falla en la supervisión técnica sobre una estructura geológica conocida.
La presencia de una falla sin monitoreo adecuado, sumada a una deficiente aplicación de medidas de sostenimiento, generó el colapso.
Desde entonces, el marco regulatorio ha evolucionado en términos de inspección, exigencias de estabilidad y obligación de mantener equipos técnicos permanentes en faena.
No obstante, los desafíos han cambiado.
Hoy, la disminución de leyes minerales y el agotamiento progresivo de sectores tradicionalmente estables ha desplazado la operación hacia zonas estructuralmente más complejas, como ocurre en Andesita.
Tragedia en El Teniente
El proyecto de El Teniente es parte de una expansión en profundidad que fue postergada originalmente por la dificultad geotécnica que implica acceder a zonas con mayores niveles de fracturamiento, esfuerzos históricos y heterogeneidad estructural.
La operación en estas condiciones exige modelos de sostenimiento adaptativos, caracterización continua de macizos y una interpretación dinámica del comportamiento de la roca.
La tecnología incorporada —como fortificación mecanizada, hidrofracturamiento controlado y piques verticales con maquinaria especializada— responde precisamente a esa necesidad.
Sin embargo, el evento reciente demuestra que incluso con estos recursos, el riesgo no se elimina.
El símil de San José y El Teniente
Las minas profundas, como El Teniente, operan en contextos donde los esfuerzos inducidos y la redistribución de cargas son altamente sensibles a las excavaciones.
En zonas de montaña, los macizos han estado sometidos a procesos orogénicos que alteran su comportamiento mecánico en relación con ambientes planos o estables.
Esto obliga a replantear las metodologías de análisis y monitoreo.
Las soluciones tecnológicas actuales permiten capturar señales de advertencia a través de sensores de convergencia, mediciones sísmicas locales y sistemas automatizados.
Sin embargo, la eficacia de estas herramientas depende de la integración de datos con capacidad de respuesta operativa.
Andesita, una señal de alerta
Chile posee una normativa comparable con países de tradición minera como Australia, Canadá o Sudáfrica.
Las herramientas están disponibles.
Pero los incidentes, tanto en 2010 como ahora, muestran que el principal factor de riesgo persiste cuando se relaja el control técnico o se omite la vigilancia sistemática del entorno subterráneo.