Barómetro IPP | Cae la velocidad de recuperación de la economía chilena en abril
En su última entrega, el Barómetro la Economía Chilena del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello reveló que el dólar, el spread soberano y la brecha de género en participación laboral tuvieron movimientos negativos con respecto a marzo. Por su parte, preocupa el alza en las cifras del desempleo -8,4% en el trimestre móvil de diciembre enero febrero-, indicador que continúa “mal y empeorando”.
por Catalina Duco
La economía local está mostrando señales de un freno en su velocidad de mejora en el cuarto mes de este 2023. Lo anterior se desprende del último reporte del Barómetro de la Economía Chilena, el cual indica que la economía nacional se encuentra en una situación levemente empeorada respecto al mes de marzo, reflejado en una disminución en el ritmo de recuperación del Índice Económico IPP UNAB que venía aumentando desde noviembre de 2022.
Esta caída se debe principalmente a que tres de las 20 variables tuvieron cambios en sentido negativo en esta nueva medición: el dólar pasó del cuadrante “mal, pero mejorando” a “mal y empeorando”, el spread soberano del “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando” y la brecha de género en participación laboral del “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”. En tanto, sólo la inversión extranjera directa tuvo una variación en sentido positivo, evolucionando del cuadrante “mal, pero mejorando” a “bien y mejorando”.
De esta manera, para el mes de abril, el Barómetro de la Economía Chilena del Instituto UNAB de Políticas Públicas arrojó que el 30% de las variables analizadas se encuentran en el área “bien y mejorando” (incertidumbre económica, la tasa de créditos hipotecarios, precio del cobre, participación laboral, exportaciones y la inversión extranjera directa); un 25% en el cuadrante “bien, pero empeorando” (los deudores morosos, la deuda neta del gobierno central, el spread soberano, el IPSA y la brecha de género en participación laboral); un 30% se encuentran “mal, pero mejorando” (inflación, el índice de remuneraciones reales, el IMACEC, la confianza empresarial, la confianza de los consumidores y los saldos en las cuentas corrientes y depósitos a plazo); y, por último, un 15% están “mal y empeorando” (desempleo, el dólar y la creación de empleos).
Principales movimientos de abril
Para la versión de abril del Barómetro de la Economía Chilena se observaron cuatro variables que experimentaron movimientos significativos al cambiar de cuadrante: tres en sentido negativo y uno en dirección positiva.
Uno de los indicadores que tuvo una tendencia desfavorable fue el dólar, que pasó de encontrarse “mal, pero mejorando” a “mal y empeorando”. Al comparar su valor entre el 12 de marzo y 12 de abril se ve un aumento, pasando de estar a 797,19 pesos el dólar, a 811,75 pesos. Este cambio de cuadrante se produce porque la cifra del mes actual es mayor al comparar con el promedio de los valores anteriores. Sin embargo, cabe destacar que, durante los días posteriores a esta medición, el dólar mantuvo un constante de bajas (entre el 11 y 14 de abril) debido a la moderación en el alza de la inflación de Estados Unidos.
En el mismo plano negativo, la brecha de participación por género pasó de estar “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”. Esto, a causa de que la tasa de participación en el mercado laboral de los hombres fue de 71,2% en el trimestre móvil diciembre-enero-febrero, mientras que para las mujeres fue de 51,1%. Así, respecto al trimestre anterior, la brecha aumentó de 19 a 20 puntos porcentuales.
La tercera variable que cambió de cuadrante de manera desfavorable fue el spread soberano, pasando a encontrarse de “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”. Este movimiento se explica debido a un aumento desde 140 a 152 puntos base promedio, evidenciando que Chile se estaría considerando como una economía más riesgosa que antes, lo que podría tener consecuencias directas en la inversión, el empleo y otras variables. Sin embargo, es importante destacar que el riesgo general en las economías del mundo aumentó, siendo en América Latina de 423 a 464 puntos base promedio, en Asia de 213 a 225 puntos base promedio, entre otros.
En tanto, en el terreno positivo, una variable cambió de estar “mal, pero mejorando” a “bien y mejorando”: es el caso de la inversión extranjera directa. En el último mes actualizado, correspondiente a febrero, ésta alcanzó los 2.999 millones de dólares y se encontró por encima de los capitales que ingresaron al país desde abril del año 2022, siendo incluso mayor al promedio de los últimos doce meses. Respecto a los movimientos de sus componentes, entre enero y febrero, el flujo de participaciones en el capital disminuyó, mientras que las utilidades reinvertidas y los instrumentos de deuda aumentaron considerablemente.
Otras variables relevantes
El informe del Instituto UNAB de Políticas Públicas también analizó otros indicadores que, si bien no experimentaron cambios de cuadrante, son relevantes a la hora de evaluar el desempeño de nuestra economía en su conjunto.
En el cuadrante más negativo -“mal y empeorando”- destaca lo ocurrido con el desempleo, el cual aumentó al 8,4% en su última actualización para el trimestre móvil de diciembre-enero-febrero. Esta tasa de desempleo es 0,9 puntos porcentuales mayor a lo que sucedía en el mismo trimestre móvil el año anterior, momento en el que la cantidad de personas desempleadas ascendía a 710,8 mil, mientras que actualmente corresponde a 824,6 mil personas. Este nivel de desempleo genera alertas y se encuentra en directa relación con que los chilenos declaren que su principal preocupación económica es el miedo a no encontrar trabajo.
En un plano similar, destaca el índice de remuneraciones reales, que se mantuvo en el cuadrante “mal, pero mejorando”, y que para febrero anotó una disminución de 0,7% respecto a febrero de 2022. Este mes se anota como el décimo séptimo de caída consecutiva, lo que muestra una situación preocupante para los hogares debido a la disminución constante del poder adquisitivo de los recursos que tienen las familias.
En cuanto a la actividad económica, el IMACEC -que se encuentra en el cuadrante “mal, pero mejorando”- tuvo una variación negativa a doce meses de 0,5%, contrario a lo que sucedió en enero del año 2023. Por su parte, la serie desestacionalizada disminuyó un 0,3% respecto al mes anterior. Esta caída se explica por la disminución en el comercio de 4,1% a doce meses, principalmente debido al comercio minorista, como menores ventas en supermercados, grandes tiendas y establecimientos especializados de alimentos y bebidas. La producción de bienes también tuvo una caída de 0,7% debido a la producción del resto de bienes, mientras que la industria manufacturera y minería presentaron variaciones positivas. Por último, los servicios contribuyeron positivamente con un aumento de 1,5%, donde los servicios personales aportaron mayor contribución.
Dentro del cuadrante “bien, pero empeorando” se encuentra la deuda neta del gobierno central, variable que se destaca puesto que fue actualizada al valor del último trimestre de año 2022. Ésta alcanzó un 20,5% del PIB, siendo mayor al trimestre anterior en un punto porcentual, mientras que al comparar el mismo periodo el año anterior, la deuda aumenta levemente en 0,4 puntos porcentuales. Al respecto, es importante recordar que estas cifras siguen siendo altas al comparar con los años prepandemia, por ejemplo, con 2018 donde la deuda neta del gobierno central era de 5,7% del PIB y en 2019 un 7,9% del PIB, pero aún siguen estando por debajo del promedio en economías desarrolladas.
Conclusiones del mes de abril
Los indicadores del Barómetro de la Economía Chilena del mes de abril evidencian un freno sutil en el nivel de mejoramiento que se observó en los datos macroeconómicos en los meses de febrero y marzo. Para el subdirector del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Gonzalo Valdés, “estos resultados muestran un retroceso en la recuperación económica. Destacan el aumento del riesgo país debido al empeoramiento de la economía mundial y los retrocesos en el mercado del trabajo. La caída en la velocidad de recuperación es una alerta de que la crisis aún no está superada».
Adicionalmente, Gonzalo Valdés se refirió a la agenda laboral del gobierno y los eventuales impactos que podría tener sobre el mercado. «Se acumulan proyectos de ley que afectan la calidad del empleo. Ya se aprobó la ley de 40 horas -que además de bajar la jornada laboral aumenta la flexibilidad-, y se discute el adelanto del aumento del sueldo mínimo a 500 mil pesos, y el aumento de las cotizaciones previsionales. Estos cambios al mundo laboral son relevantes y el mercado necesitará tiempo para ajustarse y, por su parte, las autoridades necesitarán tiempo para evaluar sus efectos en el mercado laboral. El ejecutivo debiera pensar con gran detención si conviene implementar cambios de forma tan brusca», afirmó el subdirector del IPP UNAB.
Con respecto a otros factores que podrían impactar en el bienestar económico a futuro, Valdés agregó que “vemos que en este último tiempo los temas económicos pasan a segundo plano en las prioridades de las familias. Con toda razón, la falta de seguridad toma protagonismo: implementar agendas anti delincuencia y anti drogas robustas, que den tranquilidad a la ciudadanía, es urgente. Sus efectos en el corto plazo son los prioritarios, ya que está en juego la vida de la población, y también porque las consecuencias de no abordarlos impactarán en las futuras generaciones a través de menor inversión y, por lo tanto, empleos de menor calidad”.
Revisa el informe completo AQUÍ