SOY UNAB | Arquitecto mejora viviendas para familias de escasos recursos
José Fernando Oyarzún estudió Arquitectura en Universidad Andrés Bello, experiencia de la cual valora la diversidad de conocimientos recibidos, y cuya consecuencia directa fue una mirada amplia que hoy pone al servicio de la tarea de aportar a que familias en vulnerabilidad social sean felices en los lugares que habitan.
José Fernando Oyarzún ingresó a la UNAB en 1992, época en que la universidad vivía sus primeros años, y todo estaba por hacerse. Él, por su parte, era un joven estudiante de Arquitectura que en campus República daba también sus primeros pasos y comenzaba a abrir los ojos para observar lo mucho que tendría por crecer.
Su objetivo original, en la profesión, era alcanzar la libertad económica. Sin embargo, diversas experiencias durante su vida universitaria, así como el desarrollo de un camino que lo ha llevado a tener una empresa inmobiliaria (Egis Alegría Ltda.) que ofrece al Estado trabajos de ampliación y mejoras de viviendas sociales, le hacen hoy estar convencido de que el real sentido que lo dirige está en contribuir a que otros vivan mejor.
¿Qué significa para ti enfocar tu trabajo y esfuerzo en mejorar la vida de familias en vulnerabilidad social?
Es algo que me llena el alma, porque si bien no he podido desarrollar diseño u obras grandes, el poder aportar al patrimonio de tantas familias, de darles solución a sus entornos y habitabilidad, de verlas contentas, de saber que con mi trabajo van cambiando sus vidas, ha sido más importante. A su vez, junto a mi socio -quien también estudió en la UNAB-, ayudamos a la seguridad y al ahorro de esas personas porque nos dedicamos a renovar circuitos eléctricos que son urgentes, considerando la precariedad de sistemas que se hicieron hace 30 o 40 años, con estándares mucho más bajos, y al desarrollo de proyectos energéticos, vía paneles solares y termosolares.
Te notas satisfecho y orgulloso de las tareas que realizas.
Sí, pero tengo nuevos sueños. Por ejemplo, quiero desarrollar algún tipo de vivienda modular, plegable, transportable y autosustentable. Ya la tengo pensada, y mi idea es que sea destinada a familias con dificultades económicas, a las que recién empiezan, a inmigrantes; casas de calidad y duraderas que el Estado ponga a disposición de ellos, pero que no sean propiedad de nadie, y que sirvan en incendios y otras emergencias.
¿Qué herramientas te dio la Universidad Andrés Bello para adquirir esa mirada social?
Pienso que fue, sobre todo, una mirada amplia. En ese sentido, fue clave la diversidad de materias, que sobrepasaban el taller, y que incluían economía, historia, urbanismo o temas sociales. A su vez, recuerdo que en la carrera teníamos una gran biblioteca donde pude acceder a variados contenidos.
Fue clave esa amplitud para tu carrera profesional.
Sí, pero también lo fueron distintas personas de la universidad que me ayudaron a encontrar las vías para que pudiera terminar mis estudios, considerando que tuve dificultades de financiamiento. Al respecto, pienso que si no hubiese sido por esa ayuda no habría podido titularme y, como consecuencia, el trabajo que realizo con mi empresa, y con el cual contribuyo a mejorar la vida de muchos, nunca hubiese sido una realidad.