16 Noviembre 2023

Aprende y Apaga YA | ¿Cuánto conoces del etiquetado energético?

Entender las etiquetas de los aparatos electrónicos es crucial para mejorar nuestra eficiencia energética, y de esta forma, disminuir el consumo de energía que es uno de los principales factores que afectan al calentamiento global.

Aprende y apaga YA

Por Guido Carvajal PhD en Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de New South Wales de Australia e Ingeniero Civil Bioquímico de la PUCV. Además, de Secretario Académico de la Facultad de Ingeniería de UNAB.

El etiquetado de aparatos domésticos permite informar a los consumidores sobre la eficiencia energética de estos, promoviendo el consumo responsable y facilitando la toma de decisiones en sus compras.

Considerando que el sector energía es responsable de cerca de tres cuartos de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en el planeta, contar con instrumentos que permitan al público tomar decisiones informadas respecto a este ámbito es de suma importancia. Por lo tanto, contar con este tipo de herramientas ayuda al usuario a informarse sobre el funcionamiento y gasto activo de los aparatos electrónicos en comparación con otros de su misma categoría y características.

Foto | Guido Carvajal, académico de la Facultad de Ingeniería UNAB Sede Santiago.

Más que una etiqueta

El sistema de etiquetado de eficiencia energética tiene como objetivo informar a los compradores sobre el consumo de energía de un producto específico. Este método detalla su eficiencia energética y ayuda a los consumidores sobre qué electrodomésticos o dispositivos electrónicos adquirir de manera informada.

En numerosos países, incluido Chile, los artefactos eléctricos se etiquetan con una clasificación que varía desde A++ para los productos más eficientes hasta D (o incluso G) para los menos eficientes. Esta clasificación se establece mediante estándares y pruebas específicas que evalúan el consumo de energía del producto en condiciones normales de uso. La etiqueta, además, incluye información sobre el consumo mensual y, en el caso de las lámparas, la vida útil.

El rotulado energético consta de dos elementos. La matriz, que comprende las categorías de energía, unidades y conceptos sobre los que se proporcionará información, se encuentra en el lado izquierdo. La zona derecha proporciona los datos precisos relacionados con el etiquetado del aparato. La información sobre el grado de eficiencia energética del aparato en comparación con otros artefactos comparables se proporciona mediante la escala de clases o categorías.

El etiquetado de eficiencia energética desempeña un papel fundamental al incentivar la elección de productos energéticamente más eficientes, contribuyendo así a la conservación de energía y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, ayuda a los consumidores a ahorrar dinero a largo plazo al seleccionar productos que consumen menos energía. Y, a su vez, esta herramienta ayuda a impulsar la eficiencia energética y la innovación en la industria de electrodomésticos.

Desafíos

Sin embargo, el etiquetado energético no está exento de desafíos. A medida que la tecnología avanza y los estándares de eficiencia energética mejoran, es esencial que las etiquetas se mantengan actualizadas y efectivas. Además, es importante que los consumidores estén bien informados sobre cómo interpretar estas etiquetas y utilizar esta información en sus decisiones de compra. La educación es clave para que el etiquetado energético cumpla su propósito de informar e incorporar conceptos técnicos de desempeño energético en su toma de decisiones respecto a la preferencia por ciertos productos.

En consecuencia, todas nuestras decisiones y elecciones deben ser informadas a la hora de adquirir un nuevo dispositivo electrónico; De esta forma, ahorramos energía y dinero, cuidamos el medio ambiente y contribuimos a un país más sostenible.

Avanzar hacia un futuro más sostenible depende principalmente de los gobiernos, a través de sus políticas, planes y acciones; las organizaciones, mejorando su desempeño ambiental y ofreciendo a los consumidores productos que presenten una menor huella ambiental; y los consumidores, quienes a través de sus elecciones cotidianas afectan directa o indirectamente al medio ambiente mediante la compra de productos, su uso y disposición final.