Álvaro Saieh y el Centro de Estudios de Tierra Santa UNAB: preservando historia y conectando culturas
El reconocido empresario Álvaro Saieh puso a disposición del Centro de Estudios de Tierra Santa de la Universidad Andrés Bello el “Archivo Tierra Santa”, un acervo documental y fotográfico que rescata la vida social y cultural de Jerusalén y sus alrededores antes de 1948, y que hoy está siendo digitalizado para abrirse a investigadores de todo el mundo.
En esta entrevista, el actual presidente del Centro de Estudios de Tierra Santa (CETS) de la Universidad Andrés Bello, Álvaro Saieh, repasa los objetivos y proyecciones de esta iniciativa, la cual busca relevar el patrimonio histórico y cultural de una región de profunda trascendencia para la humanidad.

Álvaro Saieh, presidente del Centro de Estudios de Tierra Santa (CETS) de la Universidad Andrés Bello.
¿Cómo nace la idea de crear un Centro de Estudios de Tierra Santa (CETS)?
Tierra Santa no es sólo una zona geográfica del Medio Oriente, sino un lugar muy significativo para toda la humanidad. Un territorio sagrado para tres de las principales religiones del mundo (cristianismo, el judaísmo y el islam) y país de origen de miles de familias chilenas que llegaron a nuestro país. Estamos convencidos que los hechos históricos que ahí se desarrollaron desde finales del siglo XIX y hasta la primera mitad del siglo XX, así como los procesos migratorios hacia América, ameritan una investigación académica exhaustiva con metodología de excelencia, enfoques innovadores y una plataforma en línea de fuentes históricas, rol que cumple el “Archivo Tierra Santa” del que actualmente dispone la universidad. El Centro nace como un espacio de encuentro, diálogo y colaboración interdisciplinaria para profundizar, preservar y difundir la historia y cultura de la región.
Uno de los ejes del Centro es el Archivo Tierra Santa, que usted ha reunido y conservado durante años. ¿Cuál considera que es su valor histórico y por qué es importante que esté digitalizado y accesible para la investigación?
Para el trabajo de investigación, revisión y divulgación de la historia de Tierra Santa el archivo es muy valioso, pues nos muestra cómo era este lugar antes de 1948. Jerusalén y sus alrededores gozaron de una vida cultural activa, con colegios, teatros, universidades, industrias y medios de comunicación. Una sociedad moderna, diversa y cosmopolita. El trabajo de recopilación, selección, organización, catalogación y digitalización del archivo ha demostrado ser clave para asegurar la conservación de los antecedentes históricos y culturales de la región y facilitar su estudio. Gracias a la integración de este archivo a los sistemas de visualización documental de la Universidad Andrés Bello, hoy contamos con una plataforma en línea que facilita la consulta y la colaboración de investigadores de distintas disciplinas en diversas partes del mundo.
¿Qué desafíos encontraron en la recuperación, conservación y digitalización de este material?
El proceso se desarrolló en etapas, todas con desafíos distintos. Primero, hubo que diseñar una estrategia adecuada para conservar físicamente los documentos, muchos de ellos frágiles o con signos de deterioro producto del paso del tiempo. Luego vino el desafío técnico de digitalizar con la máxima calidad posible, manteniendo la fidelidad visual de cada pieza. Y tan importante como los anteriores, el trabajo de descripción histórica: identificar cada documento, contextualizarlo y organizarlo de forma que resultara útil para la investigación. Todo este trabajo se realizó con equipamiento especializado que pusimos a disposición de la universidad, y bajo criterios que garantizaran que este valioso legado patrimonial pudiera ser consultado eficazmente en una plataforma académica.
¿Cómo se garantiza que este archivo no sea sólo un acervo documental, sino una herramienta educativa, investigativa y cultural viva?
Ese es un gran desafío. En la actualidad, el archivo está siendo trabajado por equipos de académicos y estudiantes de distintas disciplinas, a través de proyectos financiados por el centro. Esos proyectos no solamente permiten generar publicaciones especializadas, sino también involucrar a jóvenes estudiantes que, guiados por sus profesores, se están formando en su paso por la universidad. De ese trabajo surgen tesis de fin de grado, prácticas y pasantías que enriquecen el trabajo de investigación y el mismo archivo. Nuestro objetivo es que este archivo dialogue con la comunidad internacional, no necesariamente académica, interesada en comprender mejor la historia y cultura de la región a través de actividades de divulgación apoyadas en el archivo y en el resultado de las investigaciones que el centro desarrolla.
¿Qué representa para usted Tierra Santa desde lo personal? ¿Qué aspectos culturales e históricos le parecen más urgentes de rescatar y estudiar?
Al igual que más de medio millón de compatriotas soy un chileno con raíces familiares en Palestina. Me siento orgulloso de esa condición. Tierra Santa es parte de mi historia familiar y ha sido una de las motivaciones para construir un archivo fotográfico y documental que hoy a través de la Universidad Andrés Bello se pone a disposición de la comunidad internacional y a participar con entusiasmo de la creación del Centro.
¿Cuáles son los objetivos a corto y mediano plazo del Centro?
En el corto plazo, el objetivo es que el “Archivo Tierra Santa” esté completamente disponible en la plataforma digital para fines de investigación y comenzar a ver los resultados de los primeros proyectos financiados en publicaciones de alto nivel. A mediano plazo, incrementar el archivo actual con donaciones de personas o familias que quieran preservar la memoria histórica de sus antepasados y de sus procesos migratorios desde Tierra Santa. Adicionalmente, nos gustaría concretar alianzas con instituciones académicas de Chile y el extranjero, y convertir al Centro en un referente nacional e internacional en el estudio de la región.
¿Qué papel juega el Centro en la producción de conocimiento original sobre Tierra Santa?
El Centro promueve investigaciones propias, con fuentes que en muchos casos no habían sido trabajadas sistemáticamente. Desde Chile, buscamos aportar una mirada distinta sobre Tierra Santa, con rigor académico, una mirada interdisciplinaria y un enfoque innovador.
¿Cuál es su opinión de los dos proyectos ganadores del concurso de investigación?
Los dos proyectos reflejan muy bien el espíritu del Centro: rigurosidad académica, mirada interdisciplinaria y compromiso formativo. Son iniciativas que no sólo buscan generar conocimiento nuevo, sino también integrar activamente a estudiantes en el proceso de investigación. Eso les permite adquirir experiencia concreta de trabajo con fuentes documentales reales, participar en equipos académicos y aportar desde sus propias disciplinas. Este enfoque también refuerza el vínculo entre el archivo y la comunidad universitaria, fortaleciendo la proyección del Centro a futuro.
¿Qué sentido tiene estudiar Tierra Santa y sus migraciones desde Chile y América Latina?
Como ya he señalado, las raíces de muchas familias de nuestra región, y en particular de nuestro país, se encuentra en Tierra Santa. Estudiar el proceso migratorio de esas familias nos ayudará a comprender mejor nuestra propia historia y conectarla con procesos históricos más amplios. Buena parte del conocimiento que se ha producido sobre Tierra Santa proviene de Europa, por lo que estudiarla desde América Latina nos puede ofrecer una mirada distinta, determinada por otras trayectorias formativas, experiencias vitales y sensibilidades culturales. Es una oportunidad para aportar, desde este lugar del mundo, una versión diferente de la historia de Tierra Santa.
¿Qué tipo de alianzas internacionales están desarrollando o proyectan con instituciones de investigación, archivos o museos de otras partes del mundo?
Estamos estableciendo contacto con un centro de estudios en Belén para colaboración documental y asesoría en descripción histórica. También estamos trabajando en vínculos de colaboración con archivos en Chile y universidades internacionales con líneas de investigación similar.
¿Cómo imagina usted el futuro del Centro? ¿Qué lugar podría ocupar en el ámbito académico y cultural nacional e internacional?
Veo al Centro consolidado como un referente académico y cultural en el estudio de la historia y cultura de Tierra Santa, tanto en Chile como en el extranjero. El “Archivo Tierra Santa” es un valioso legado patrimonial que esperamos sea de fácil acceso. Estamos seguros de que la digitalización y catalogación de este archivo permitirá que investigadores de cualquier parte del mundo lo consulten bajo criterios académicos.
¿Qué le gustaría que el público general entendiera o descubriera al conocer este archivo y el trabajo del Centro?
Que Tierra Santa es un lugar milenario con una trayectoria profunda, con grados de civilización importantes y muy antiguos en diversas etapas de su historia, y con una convivencia de culturas que ha dejado huella. El archivo permite seguir esa trayectoria y entenderla con mayor profundidad.