El Encuentro en Tiempos de Crisis
La académica de Terapia Ocupacional, Yessenia Fuentes, entrega algunas recomendaciones para mantenerse activo y conectado con los demás en especial cuando el encierro ya dejó de ser novedad y algunos ya están próximos a cumplir los dos meses de confinamiento.
Para algunos la esencia humana es el conjunto de las relaciones sociales, la necesidad natural de hacernos personas en la medida que nos vinculamos unos con otros, a través de aquello que nos humaniza, que nos permite adentrarnos en la interioridad del otro y reconocernos, hablamos de la creadora de encuentros, la ocupación humana.
Mi “yo” se humaniza con un “tú” y nos ocupamos en la necesidad apremiante de contacto, de mirarnos, tocarnos y sumergirnos en el mundo interno del otro, que a su vez despierta nuestro propio mundo, en una sinergia que produce nuestra existencia social, nuestra conciencia de ser en el mundo junto con otros.
Ahora bien, ¿qué sucede en tiempos de crisis? La académica de Terapia Ocupacional de la sede Concepción Unab entrega algunas claves para el proceso que estamos viviendo, en un periodo en que el confinamiento sigue siendo obligatorio para los mayores de 80 años y se mantienen activas varias cuarentenas.
Debido a la contingencia internacional y nacional, respecto a la epidemia de coronavirus, surge la necesidad de establecer por parte del Ministerio de Salud, medidas restrictivas de tránsito y contacto entre las personas, para evitar posibles nuevos casos de contagio y otras complicaciones asociadas.
Es este encuentro el que debemos procurar no perder, y si no es posible por los métodos tradicionales, será a través de las pantallas azules, del cíclope de cristal, de forma indirecta, que a veces nos pareciese tan frío, pero que en tiempos de crisis, se transforma en nuestro puente de encuentro con un otro, que nos permite nuevamente sentirnos humanos.
Es en este contexto, la ocupación, como manifestación de nosotros mismos, pareciese ser coartada, se dificulta el encuentro piel con piel, aquello que nos caracteriza como latinoamericanos, de expresar el cariño no sólo con palabras, sino que con un abrazo, una caricia, un plato de comida. Es este encuentro el que debemos procurar no perder, y si no es posible por los métodos tradicionales, será a través de las pantallas azules, del cíclope de cristal, de forma indirecta, que a veces nos pareciese tan frío, pero que en tiempos de crisis, se transforma en nuestro puente de encuentro con un otro, que nos permite nuevamente sentirnos humanos.
Esto significa, encontrarnos, apoyarnos y no soltarnos a pesar de las distancias y los tiempos de crisis, que el aislamiento no signifique ni se trasforme en soledad, ni falta de contención social. Que las personas puedan ser protegidas en sus hogares y a su vez mantengan los encuentros, las ocupaciones humanizantes, aunque sea de forma virtual, para saber que no se esta sólo y que se puede contar con el otro.
El desafío es que el permanecer en nuestros hogares, signifique la búsqueda creativa de otras ocupaciones, como saludos y cánticos desde el balcón, llamadas telefónicas a nuestras amistades, una videollamada familiar, juegos con nuestros niños, una jornada de cuenta cuentos y por que no, retomar actividades que parecían; estableciendo rutinas que disminuyan la ansiedad e inquietud entre los integrantes del hogar.
El desafío es que el permanecer en nuestros hogares, signifique la búsqueda creativa de otras ocupaciones, como saludos y cánticos desde el balcón, llamadas telefónicas a nuestras amistades, una videollamada familiar, juegos con nuestros niños, una jornada de cuenta cuentos y por que no, retomar actividades que parecían; estableciendo rutinas que disminuyan la ansiedad e inquietud entre los integrantes del hogar, realizar el aseo y limpieza de forma colaborativa, generando roles de forma equitativa, informándose mediante los medios de comunicación formales, bajo una comunicación fluida de las emociones y contención ante el miedo y la ansiedad.