Académicas de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB participaron en investigación premiada con el Improving Pet Welfare Award 2021
La revista científica Journal of Veterinary Behavior otorgó el Premio a la Mejora en el Bienestar de las Mascotas a la investigación conjunta desarrollada entre la Universidad Andrés Bello y la Universidad de las Américas, considerando su publicación como una valiosa contribución a la literatura existente sobre el uso de anestésicos tópicos en procedimientos de rutina.
Las académicas de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB, María Paz Iturriaga y Mariela Goich, fueron parte de una investigación conjunta entre la UNAB y UDLA publicada en julio de 2021 en el Journal of Veterinary Behavior, que fue premiada por esta revista a fines de febrero con el Improving Pet Welfare Award 2021 (Premio a la Mejora en el Bienestar de las Mascotas). Según la revista, el artículo fue destacado por la innovadora naturaleza de la investigación desarrollada, la justificación del trabajo, la rigurosidad en el diseño y estudio, y la sofisticación del análisis e interpretación, además de la clara comunicación de los hallazgos y su relevancia.
Junto con sentirse motivada por el reconocimiento, la Dra. María Paz Iturriaga comenta que “hacer investigación y generar conocimiento es parte de nuestro quehacer como académicas en la UNAB, y es gratificante transmitir esto a los estudiantes haciéndolos participar de estas actividades, que nos llevan a aportar al bienestar de las mascotas”, sostiene la investigadora.
El artículo titulado “Decrease in behaviors associated with pain during catheter placement using a topical anesthetic formulation in cats”, da cuenta de la investigación conjunta desarrollada por la Dra. Iturriaga y la Dra. Goich de la Universidad Andrés Bello, junto con la Dra. María José Ubilla, presidenta de Colmevet y actualmente subdirectora de la Escuela de Cs. Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la Universidad de O’Higgins; el Dr. Hernán Cañón, académico de la Universidad de las Américas, y la alumna tesista de la misma casa de estudios, Carol Chávez. En la investigación, el equipo se propuso comprobar el efecto de un anestésico tópico en gatos, para evaluar su capacidad de disminuir el dolor en procedimientos rutinarios, como la colocación de un catéter endovenoso.
La Dra. Iturriaga explica que el trasfondo de la investigación tenía que ver con mejorar la experiencia de la consulta o del ambiente hospitalario tanto para gatos como para sus tutores, y con ello fomentar que estas mascotas asistan a sus controles médicos. La estadística indica que el número de consultas en felinos es notoriamente más bajo que en perros, y que este fenómeno está asociado principalmente al estrés que se genera en el tutor del gato. “Ya el meterlo en la jaula de transporte es un tema, después se porta mal en la consulta porque está ansioso, tiene miedo o se realizan procedimientos potencialmente dolorosos. Vuelve a la casa y se esconde, dificultando el tratamiento y aumentando la frustración del tutor, entonces la probabilidad de que ese gato vuelva a control sano es muy baja”, sostiene la académica, y agrega “para mejorar la experiencia del paciente es que quisimos evaluar si efectivamente el uso de un anestésico tópico antes de colocar el catéter endovenoso disminuía los signos de dolor y, por lo tanto, mejoraba la experiencia del paciente durante ese procedimiento”.
El estudio se realizó en gatas que iban a ser sometidas a una cirugía de esterilización, y a las cuales se les aplicó una evaluación de estrés antes del procedimiento (Cat Stress Score) para ver si este influía en la conducta felina durante la canulación. Luego de rasurar la piel de las gatas, se les aplicaba la formulación anestésica tópica (una mezcla de lidocaína y prilocaína) o el placebo, una crema de iguales características, pero sin los componentes anestésicos. Para asegurar la objetividad del estudio, ninguno de los participantes sabía qué crema estaba siendo aplicada.
Luego, había que esperar a que la sustancia permeara la piel, un paso que muchas veces se esgrime como excusa para no aplicar el anestésico tópico. “En La literatura, el tiempo de espera siempre era de 60 minutos, que es mucho” dice la doctora, “y es muy poco práctico, así que disminuimos la espera a 30 minutos”, tras lo cual procedían a la colocación de la vía endovenosa. Para asegurar mayor rigurosidad y comparabilidad, siempre usaron el mismo tamaño de vía, y contaron con los mismos tres observadores para determinar los signos de dolor: la persona realizando el procedimiento, la persona sujetando al paciente, y una persona únicamente observando.
“El resultado fue que los pacientes del grupo al que se le aplicó el anestésico tópico tuvieron mucho menos signos de dolor e incluso ausencia de estos, fue estadísticamente significativo”, dice la académica. “Y lo otro, es que esto no estaba asociado al nivel de estrés de los gatos. Por ejemplo, se podría cuestionar que el paciente no se movió [durante la canulación] porque estaba tan asustado que se congeló. Pero como hicimos la evaluación previa del score de estrés, vimos que efectivamente el comportamiento presentado estaba asociado al uso de la formulación y que el nivel de estrés que presenta un paciente no determina la forma en que se comportará durante la colocación de la vía”.
La profesora de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB destaca que fue una bonita experiencia en la que trabajaron bien como equipo “y lo pasamos bien, que es muy importante cuando uno hace estos trabajos. Ver que los pacientes, por muy asustados o no que estuvieran, les colocabas la vía y ni siquiera se daban cuenta, era muy gratificante. Es un paso que no cuesta nada, eso es lo que nosotros queríamos demostrar, que hacer algo tan simple como aplicar un anestésico tópico mejora el bienestar del paciente”.
¡Felicitaciones al equipo UNAB-UDLA por esta exitosa iniciativa! Y en especial, a las doctoras María Paz Iturriaga y Mariela Goich por su contribución a la investigación en UNAB.