Según las autoridades sanitarias informan  que la afectación más grave del COVID-19 se produce en personas mayores de 65 años y en especial los que cuentan con factores de riesgo tales como hipertensión arterial y diabetes entre otras patologías asociadas. Frente a esto es fundamental incrementar los cuidados de nuestros adultos mayores. Sin embargo muchos de ellos presentan deterioro cognitivo leve, moderado o severo, por lo cual se hace indispensable crear rutinas de ejercicio mental y físico para prevenir aún más  deterioro del  que ya presentan, ya que esto también influirá en las medidas de cuidado sanitario que estos pueden tener, como mantener un lavado de manos frecuente y concienzudo, mantener la distancia social o el uso e inmediata colocación en la basura de pañuelos de papel, entre otros.

Por esta razón, dice la fonoaudióloga y académica de la Universidad Andrés Bello, Solange Martínez, es importante reactivar a nuestros adultos mayores mientras se encuentren en su hogar o en el centro de larga estancia (ELEAM). «La estimulación cognitiva representa una estrategia no farmacológica  de tratamiento y prevención del deterioro cognitivo, se basa en promover la actividad del área  retardando  los avances de los trastornos en la memoria, atención, lenguaje y funciones ejecutivas principalmente«.

Las personas con Alzheimer, deterioro y otras demencias se ven especialmente afectadas por la situación de excepcionalidad provocada por la pandemia del COVID-19,  además de ser más vulnerables al virus por su avanzada edad en muchos casos, el confinamiento provoca un cambio en las rutinas que les ofrecen estabilidad. «Así, actividades como salir a pasear, acudir a los centros de día,  y las restricción de las visitas de familiares o amigos, algo particularmente drástico en el caso de quienes están internos en centros de larga estancia (ELEAM) puede generar un aumento de la desorientación e incluso alteraciones conductuales, lo que  agudiza el declive cognitivo y el empeoramiento general de la enfermedad y deterioro», argumenta la especialista.

Para reducir estos cuadros clínicos que afecten a nuestros adultos mayores será necesario generar nuevas rutinas en especial para  los cuidadores evitando que estos se sientan desbordados por el cuidado de sus familiares.

Recomendaciones

Las nuevas rutinas deben incluir actividades que favorezcan la estimulación cognitiva y el entretenimiento, como juegos de mesa, manualidades, cantar, pintar mándalas, escuchar música, mirar fotos, cuidar las plantas o de mascotas, resolver crucigramas y sopas de letras, leer libros o el periódico, recordar la fecha y año utilizando un calendario, solicitar la hora para que el adulto mayor lo pueda interpretar con un reloj, recordar acontecimientos o momentos que para el adulto mayor hayan sido significativos ( cumpleaños, fiestas, bautizos, matrimonio, nacimiento de un nieto, entre otros), ver películas o series, participar en rutinas de la casa en caso de que pueda realizarlo con ayuda de algún cuidador/a.

También se recomienda fomentar la actividad física como caminar por el pasillo, hacer estiramientos, subir y bajar escaleras, o  sentarse frente a frente y pasarse una pelota blanda o un globo de un lado a otro. En la medida de lo posible, también, es importante mantener el contacto social con familiares y conocidos a través de la tecnología, con llamadas telefónicas, chats o videollamadas.

«Es importante explicar a la persona con Alzheimer o deterioro cognitivo la nueva situación para tratar de disminuir su confusión y que pueda comprender y habituarse al cambio en las rutinas. Estas estrategias permitirán mantener al adulto mayor en una situación mas tranquila y fomentando rutinas que harán reducir su déficit cognitivo y mantener  una mejor calidad de vida dentro de su entorno».

A través del correo electrónico j.solangeelizabethma@uandresbello.edu puede solicitar este libro de estimulación cognitiva para trabajar con sus adultos mayores en su casa o centro de larga estancia.