A un año del 4-S: Consejeros, expertos y exconvencionales llaman a los partidos políticos a generar un “contexto favorable” que permita cerrar el proceso en diciembre
En un conversatorio organizado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas, actores de distintos sectores políticos analizaron las lecciones que dejó la Convención Constitucional, los riesgos y las oportunidades a los que se enfrenta el proceso actual.
El diagnóstico fue compartido: el país se encuentra en un “momento crucial” y, ante ello, todos los actores deben involucrarse para evitar un nuevo rechazo en diciembre próximo. Esa fue la principal evaluación de los distintos panelistas que participaron del conversatorio “A un año del 4-S: Lecciones y reflexiones sobre el proceso constitucional”, organizado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas (IPP UNAB).
La cita contó con la presencia de los consejeros Pilar Cuevas (RN) y Aldo Valle (Ind.-PS, actual vicepresidente del Consejo); los expertos Gabriel Osorio y Sebastián Soto, y los exconvencionales Hernán Larraín Matte (Evópoli) y Patricio Fernández (Ind.-PS), quienes llegaron este lunes hasta el Campus Bellavista de la casa de estudios.
“Cuando se cumple un año del plebiscito en el que se rechazó la propuesta de texto constitucional, creemos que es fundamental generar los espacios para aprender de ese proceso y poner ese aprendizaje a disposición del país y, específicamente, de quienes hoy día tienen la responsabilidad de proponer un nuevo texto”, aseguró el director ejecutivo del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Raúl Figueroa.
En esa línea, entre los exponentes, uno de los aspectos destacados como motivo del fracaso de la propuesta de la Convención fue la forma en que se desarrolló el trabajo. “Desde el día que partió, ese himno nacional interrumpido, los gritos, el conflicto, esas imágenes donde hay disfraces, votos en la ducha (…) Hay una manera de comportarse que generó rechazo”, recordó Larraín. Además, planteó el intento refundacional y la exclusión de un sector político –la derecha y centroderecha– como algunos de los errores que condujeron al resultado de septiembre de 2022.
En tanto, Fernández ahondó diciendo que “el problema nuclear de la Convención Constitucional fue el rechazo, desde el día uno, del mundo hegemónico en su interior de buscar acuerdos. Era algo así como ‘contigo, nada’”.
Frente a ello, el abogado Sebastián Soto contrastó que “nosotros, desde que llegamos, teníamos muy claro que no podíamos repetir eso”, explicó al referirse al trabajo de la Comisión Experta en la redacción del proyecto base del Consejo Constitucional, espacio que también se distingue de la Convención. Al respecto Pilar Cuevas destacó que ha sido “muy distinto”, porque “hay respeto, se debate en el marco de las ideas, no con descalificaciones personales”.
Sin embargo, el actual vicepresidente del Consejo, Aldo Valle, planteó que “la tentación de las mayorías es muy poderosa, no necesariamente en las personas que representan esa mayoría, sino las organizaciones”. De hecho, agregó, “está siendo difícil encontrar los equilibrios para, por ejemplo, diseñar un Estado social y democrático que responda a las expectativas que tenga la izquierda o la centroizquierda, o esa ciudadanía que entiende que es mejor tener soluciones equilibradas que soluciones de perspectiva ideológica”.
Generar contexto favorable
Ante el escenario que se enfrenta, los exponentes compartieron que el plebiscito de diciembre podría ser abordado desde los antagonismos, ya sea entre derechas e izquierdas o gobierno y oposición, entre otros. Por ello, coincidieron en la necesidad de que los partidos políticos tengan un involucramiento mayor en el proceso y, asimismo, convoquen a los actores de la sociedad civil para generar un “contexto” favorable a la aprobación de una nueva Constitución.
“¿Cómo salimos a llamar a aprobar una Constitución que no convoca a muchos diciendo que fue el texto que pudimos lograr?”, se preguntó el vicepresidente del órgano redactor, planteando luego que “este proceso está amenazado por un contexto que le va a hacer muy difícil la tarea al Consejo y, luego, a la Comisión Experta (…). Aquí se necesita salir a la sociedad civil, generar un ambiente distinto y se necesitan más actores para ello. Los partidos políticos tienen que salir a hacer esa tarea, porque si no, nos vamos a quedar con un texto que no convoca, con mucha desconfianza”.
Al respecto, Fernández precisó que “la primera Convención tuvo como una de sus grandes fuerzas el antipartidismo y demostró que nació con una alta representatividad social y cultural; (pero) demostró que, en su interior, esa ausencia de partidos no daba gobernabilidad, no permitía los acuerdos, le daba mucho espacio a las particularidades o causas. El proceso actual parte al revés: armado por los partidos, gobernado por los partidos, pero con una baja representatividad”, por lo que llamó a las distintas tiendas a “la construcción de un gran acuerdo”.
Osorio, en tanto, dijo que “a veces, siento el peligro de repetir la historia, pero desde el otro sector”, y subrayó que “aprobar normas no es lo mismo que aprobar una Constitución (…), aprobar una Constitución debe ser fruto de un pacto político, no la imposición de mayorías en un determinado momento”.
Por su parte, Soto apuntó que “va a haber una votación también sobre el contexto, no solo por su texto”, y, de acuerdo con su análisis: “los problemas constitucionales en el mundo parten y terminan en las elites, por lo tanto, requerimos un consenso de elites, izquierda y derecha, pero no es suficiente para convencer a la población de aprobar”. Frente a ello añadió que “la gran pregunta es, entonces, cómo crear un contexto para lograr aprobar en diciembre”, a lo que respondió con una frase del exministro Gerardo Varela: “En diciembre, el hastío tiene que ganarle a la rabia”, por lo que –sostuvo– “el esfuerzo de estos meses es conectar no solo desde un texto, sino a partir de un contexto desde el mundo político hacia la ciudadanía”.