16 Octubre 2023

35 años, 35 hitos UNAB| Marco Álvarez: ‘Es un honor haber contribuido al desarrollo de UNAB’

En el año 2000, la Universidad Andrés Bello emprendió un desafiante camino hacia la expansión en el ámbito de la salud, creando siete escuelas en esta área. Uno de los protagonistas clave en este proyecto fue el destacado investigador y académico Marco Álvarez, cuya trayectoria en la institución se ha convertido en un ejemplo de pasión por la investigación y compromiso académico.

Desde su llegada a Chile, tras terminar su doctorado en Bélgica, hasta su nombramiento este año como director académico en la sede Viña del Mar, han significado para Marco Álvarez una huella imborrable en su vida. Particularmente, recuerda sus inicios en la Universidad Andrés Bello como docente, Secretario de Estudio e investigador del Departamento de Ciencias Biológicas, pasos que iniciaron su carrera en UNAB gracias a la invitación de sus mentores y amigos, el Dr. Manuel Krauskopf y la Dra. María Inés Vera.

“Ellos me dijeron como ya estás de vuelta en Chile con toda tu experiencia ¿por qué no nos ayudas y te quedas aquí con nosotros? Tenemos en proyecto crear carreras de la salud, abrir la carrera de Medicina y necesitamos investigadores jóvenes”, recuerda al recibir la propuesta del exrector y actual miembro de la Junta Directiva UNAB, Manuel Krauskopf.

Durante estos 23 años, Marco Álvarez ha demostrado su compromiso con la educación y sus estudiantes, quienes lo describe como un profesor atento, cariñoso, inteligente y sagaz en su enfoque pedagógico. Estas capacidades innatas en él lo llevaron a ser nombrado en junio de este año, Director Académico de la sede Viña del Mar, un desafío que asume con gratitud y orgullo.

Foto | El Director Académico de la sede UNAB Viña del Mar, Marco Álvarez, ha dedicado gran parte de su vida a la investigación y el trabajo docente en UNAB, destacando por la excelencia y compromiso con sus estudiantes.

“Me comprometí con la academia desde mi juventud”, declara el Dr. Álvarez, hijo de profesores normalistas y originario de Puerto Montt. Estos atributos explican parte de su entusiasmo por la educación, su calidez y simpatía.

Adicionalmente es aficionado por la fotografía, las artes gráficas y la ferviente pasión por la música, en especial por su banda ochentera favorita TOTO, la que lo acompaña en su última pasión: la incursión en el mundo de la cocina, considerándola un arte que requiere paciencia y habilidad, similar a la labor de un científico.

Con una memoria privilegiada, este académico e investigador repasa su camino en UNAB, destacando los hitos más significativos de los que ha formado parte en estos 23 años de trabajo.

¿Cómo han sido estos 23 años trabajando en la U. Andrés Bello en términos profesionales y personales?

Han sido 23 años llenos de desafíos y aprendizaje. Llegué a la UNAB en un momento crucial, cuando la institución se aventuraba en la creación de sus primeras carreras en el área de la salud y en el desarrollo de laboratorios de investigación. Durante este tiempo, tuve la oportunidad de consolidar mi carrera como investigador, participando en proyectos Fondecyt regulares, colaboraciones internacionales y como investigador asociado de FONDAP-INCAR.

Foto | El Dr. Álvarez, se consolidó como investigador en UNAB, institución que lo respaldó en la participación de numerosos proyectos nacionales y colaboraciones internacionales.

Paralelamente, desarrollé una carrera en gestión académica, siendo Secretario de Estudio del Departamento de Ciencias Biológicas, luego Director del Bachillerato en Ciencias y por último director general del Dpto. Cs. Biológicas, cargo que se replicó en Viña del Mar. Finalmente, en junio de este año fui nombrado Director Académico de la sede Viña del Mar, lo cual es muy gratificante.

En lo personal, estos años han sido un camino constante de aprendizaje y crecimiento. He tenido el privilegio de formar equipos de trabajo excepcionales en Santiago y Viña del Mar, además de forjar amistades que han enriquecido mi trayectoria.

 

¿Qué situación lo ha marcado como colaborador y parte de la comunidad UNAB?

Sin duda, la docencia ha sido el aspecto más significativo de mi trabajo en la UNAB. Tanto en pregrado como en postgrado, el sentido de que mi trabajo ha impactado la vida de mis estudiantes, brindándoles herramientas para alcanzar sus metas personales y profesionales. Muchos de ellos fueron los primeros en sus familias en cursar estudios superiores, lo que hace que este logro sea aún más gratificante. Además, la formación continua que la UNAB me ha proporcionado en docencia y gestión ha sido fundamental para mejorar mi desempeño.

Desde su perspectiva, ¿Cómo ha visto la evolución de la UNAB a lo largo de estos años?

La evolución de la UNAB ha sido extraordinaria y sorprendentemente rápida. Cuando llegué, era una institución relativamente pequeña, con poca investigación y escasa vinculación con el entorno. Hoy en día, es la universidad más grande de Chile, con una sólida capacidad de investigación que la coloca consistentemente entre las mejores del país en generación de conocimiento. Además, la UNAB está plenamente integrada en la sociedad chilena, contribuyendo al desarrollo del país con talento humano avanzado, innovación y tecnología.

¿Qué hito de la historia de la UNAB destacaría y por qué?

Destacaría los procesos de acreditación, tanto nacional como internacional, como hitos relevantes en la historia de la UNAB. Estos procesos marcaron el reconocimiento formal de que los objetivos institucionales hacia la excelencia académica estaban bien encaminados. En ambos casos, se evidenció el excepcional equipo académico y administrativo que tiene UNAB y que ha permitido en pocos años alcanzar extraordinarias metas y seguir evolucionando hacia una educación superior en sintonía con los tiempos actuales.

¿Qué se siente formar parte de una institución que este año cumple 35 años y que es una de las más importantes del país?

Siento un inmenso orgullo por ser parte de esta institución y una profunda admiración por todos mis colegas docentes y administrativos que han contribuido a la formación de esta universidad de excelencia en sus 35 años de historia. Cada año, los desafíos institucionales nos impulsan a ser mejores y a seguir cosechando éxitos. Estoy convencido de que la UNAB está inevitablemente destinada a ser una de las mejores instituciones de educación superior del país, y es un honor haber contribuido al desarrollo de UNAB y ser parte de ella hasta el día de hoy.

Si quieres conocer más de los 35 años de historia de la Universidad Andrés Bello, te invitamos a revisar «35 años, 35 hitos UNAB»

Escrito por Carolina Alburquenque