35 años, 35 hitos UNAB| Juan Manuel Estrada y su compromiso con la investigación, la conservación marina y las comunidades desde CIMARQ
Desde Quintay, el Dr. Juan Manuel Estrada repasa sus 23 años de trayectoria en la Universidad Andrés Bello. Como investigador y director del CIMARQ desde el 2017, comparte su experiencia en la casa de estudios y cómo esta llegó en 2022 a ser la universidad que más aportó al ODS 14 en Chile, el cual busca la conservación de los océanos y la vida marina.
Hace más de dos décadas, el Dr. Juan Manuel Estrada se incorporó a UNAB. Durante este tiempo, ha desempeñado un papel fundamental como director, académico, científico e investigador en la institución. Actualmente, es el director del Centro de Investigación Marina de Quintay (CIMARQ), el primer centro de investigación de la Universidad Andrés Bello -inaugurado en 1993-y uno de los más modernos del área en Latinoamérica hoy en día.
Desde ahí, su pasión y compromiso se han convertido en pilares para el desarrollo científico en el ámbito de la investigación, quien junto al equipo del CIMARQ, han realizado diferentes logros. De hecho, Estrada ha liderado 30 proyectos científicos de I+D+I+T en Chile y otros países también. Fue nombrado consejero titular del Fondo de Investigación Pesquera y de Acuicultura de la SUBPESCA por la Comisión Nacional de Acuicultura en 2019.
Su entusiasmo y compromiso institucional llevaron a que el CIMARQ fuera el anfitrión del VI Congreso Nacional de Acuicultura, una actividad organizada por primera vez por una universidad privada, donde se contó con la presencia del presidente de la Sociedad Mundial de Acuicultura (WAS), Dr. Juan Pablo Lazo, en 2017.
El amor eterno de Juan Manuel Estrada el mar y las puestas de sol se combinan con su compromiso con la conservación de los océanos. Más que una profesión, considera que es una necesidad imperiosa. «El mar le permite al hombre pensar con claridad y despejar la mente. Ayuda mucho a la salud mental», explica.
¿Cómo han sido estos 23 años trabajando en la U. Andrés Bello en términos profesionales y personales?
Han sido 23 años desafiantes y enriquecedores. Me han permitido conocer a muchas personas, profesionales, técnicos, estudiantes, investigadores y pescadores de lugares muy diversos. Sus diferentes perspectivas y experiencias han enriquecido tanto mi vida personal como profesional. Además, ha sido gratificante participar en la formación de más de un centenar de tesistas de diversas carreras y programas de pre y postgrado de nuestra Facultad de Ciencias de la Vida. Muchos de ellos ahora dirigen empresas en el sector acuícola, pesquero o de alimentos, o son dueños de sus propias empresas en Chile y el extranjero.
Desde su área, ¿Cómo ha visto y vivido la evolución de la UNAB en estos años?
Mi experiencia en la Universidad Andrés Bello ha estado marcada por diversas situaciones significativas, como el trabajo con pescadores artesanales en la Región de Valparaíso y otras regiones del país. Además, tuve la oportunidad de trabajar en comunidades tan alejadas como las de Rapa Nui o Magallanes. Mi formación en Corea del Sur en alimentación y nutrición larval fue otro hito relevante. Igualmente, tuve la oportunidad de dirigir más de cincuenta tesis de pre y postgrado, participar en consejos y sociedades nacionales e internacionales, y colaborar con colegas de Argentina, Perú y Ecuador, entre otros.
¿Cuál hito destacaría de la historia de UNAB? ¿Por qué?
Destacaría el proyecto sobre el cierre del ciclo de vida para varias especies de peces marinos, una iniciativa que cuenta con una patente de invención otorgada de su autoría y la optimización de la tecnología para la producción de semillas de erizo rojo para su utilización en acuicultura y repoblamiento.
Estos logros marcaron un antes y un después para CIMARQ y contribuyeron al reconocimiento de la UNAB como la universidad que más ha aportado al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 en Chile, el cual busca la conservación de los océanos y la vida marina. Nosotros, junto con aportar a este objetivo, también buscamos abordar otros ODS, como, por ejemplo, la creación y desarrollo de empleo decente (ODS 8), el cual es muy relevante, especialmente en relación con la pesca artesanal, mediante la diversificación productiva y el desarrollo tecnológico.
¿Qué se siente formar parte de una institución que este año cumple 35 años y que tiene miras a ser una de las más importantes del país?
Siento un fuerte sentido de pertenencia, orgullo y responsabilidad hacia las nuevas generaciones de investigadores y, en especial, hacia el sector pesquero artesanal de Chile y el continente. Nuestro compromiso con el desarrollo sustentable del sector pesquero artesanal y la innovación en el cultivo y repoblamiento de especies nativas es profundo y permanente, porque reconocemos y admiramos la valentía, dedicación y esfuerzo de los pescadores artesanales y también su importancia para la seguridad alimentaria y bienestar nutricional de todos los habitantes del planeta.
Si quieres conocer más de los 35 años de historia de la Universidad Andrés Bello, te invitamos a revisar «35 años, 35 hitos UNAB»