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Rector Pedro Uribe analiza el actual debate por la educación chilena

En una carta dirigida a toda la comunidad universitaria la máxima autoridad de nuestra casa de estudios entrega su visión y la postura de la universidad frente a las demandas estudiantiles y a la actual coyuntura de la educación.  A continuación la carta del Rector Pedro Uribe. Estimada Comunidad Universitaria: Frente al actual debate en […]

En una carta dirigida a toda la comunidad universitaria la máxima autoridad de nuestra casa de estudios entrega su visión y la postura de la universidad frente a las demandas estudiantiles y a la actual coyuntura de la educación. 

A continuación la carta del Rector Pedro Uribe.

Estimada Comunidad Universitaria:

Frente al actual debate en torno a la Educación Superior, es de mi interés y en nombre de nuestra Universidad transmitirles nuestra postura al respecto.

Tras la serie de movilizaciones que ya llevan alrededor de casi tres meses, tanto a nivel secundario como universitario, creemos que los estudiantes han logrado ponerle urgencia a la tan anhelada reforma a la Educación Superior que hace muchos años el país estaba necesitando.

Lo anterior es una gran noticia y muestra que los jóvenes de hoy se han transformado en un actor importante a la hora de discutir reformas al sistema.

Si bien creemos que eso es muy positivo, estamos convencidos que las movilizaciones han de ser creativas y responsables, evitando las tomas y daños habituales a la propiedad en que frecuentemente derivan, para no impedir a muchos de sus compañeros que les interesa progresar en sus estudios, cumplir sus anhelos.

Y si bien han logrado poner el tema en el debate, nos preocupa no sólo el tono de éste, sino también los énfasis que se han instalado.

La instalación de un sistema mixto en la Educación Superior, que viene de antes de 1980, permitió la creación de importantes universidades privadas tradicionales que han jugado un rol significativo en el desarrollo del país, tales como la Universidad Católica, la Universidad de Concepción y la Universidad Austral. Sin embargo para 1980 solo el 7.5% de los jóvenes entre 18 y 24 años accedían a la educación superior y prácticamente ninguno de ellos provenía del quintil más bajo de ingresos.

La posibilidad de desarrollo de nuevas instituciones de Educación Superior a partir de 1980, ha permitido aumentar el acceso al 48,2% de los jóvenes y gracias a esta contribución Chile se ha aproximado a la cobertura bruta promedio de los países pertenecientes a la OCDE (56%). Cabe destacar el aumento de la movilidad social que este mayor acceso ha promovido ya que para 1990 solo un 4.5% de jóvenes del quintil de menores recursos cursaban estudios en educación superior y para el 2009 ya eran 19,8%.

Hoy la discusión de fondo debe enfocarse en cómo favorecer a que los jóvenes que estudian, salgan con un valor agregado en carreras con empleabilidad y con un endeudamiento razonable en el caso de aquellos que no pueden pagar la totalidad de sus aranceles con recursos propios. En otras palabras, el foco del debate debiera estar centrado en el financiamiento estudiantil y la calidad de la educación. Ello no excluye que se puedan además incluir otros aspectos de la educación como son la institucionalidad, la gestión y manejo administrativo y financiero de las universidades.

En ese orden, creemos importante que como comunidad universitaria sepan cuál ha sido nuestra postura al respecto.

Financiamiento estudiantil: No a la discriminación

Como Universidad hemos sido enfáticos: creemos que el Estado no debe discriminar a los estudiantes según el establecimiento que elijan para cursar su Educación Superior.

La Educación es un bien que va más allá del tipo de institución que la provee, y el apoyo financiero mediante becas y créditos razonables a los alumnos, es por lo tanto un deber del Estado, toda vez que la ampliación de la cobertura no habría sido posible sin el concurso de este sistema mixto.

En ese contexto, creemos que las disímiles condiciones del Crédito con Aval del Estado (CAE) y el Fondo Solidario (FS) deben terminarse. Por lo que, nos alegra el anuncio de efectuado ayer por el Ministro de Educación quien propone finalmente eliminar esas diferencias y emparejar ambos créditos con una tasa de interés del 2% anual. Sin embargo, también creemos que se debe hacer un esfuerzo para terminar con las desiguales condiciones relacionadas al pago del crédito.

Lo anterior hará que muchos de los alumnos que ingresan a las universidades privadas tengan menores niveles de endeudamiento, ya que éste en gran parte está relacionado a las desiguales condiciones de financiamiento estatal para alumnos de este tipo de instituciones y no con el promedio de aranceles del sistema privado.

A modo de ejemplo, y según cálculos basados en información del Ministerio de Educación, las Universidades Privadas han elevado sus aranceles los últimos 6 años sólo en 4,8%, versus el alza de 7,1% que han tenido las Universidades del CRUCh, que son favorecidas con el FS.

Por ello es importante discutir estos temas con información real que sirva de base para tomar buenas decisiones.

Por otra parte, en materia de financiamiento estudiantil, nuestro foco ha sido también que el Estado incremente el monto de becas entregadas a los alumnos, no sólo por su puntaje PSU —prueba que, a nuestro juicio, acentúa las brechas de la educación, sino también por el mérito académico de éstos.

También, valoramos el aumentó en número de becas otorgadas por el Estado. Con esto el 60% de los alumnos, pertenecientes a familias de menores ingresos y de clase media, recibirán distintas formas de ayuda para que sus hijos puedan estudiar en la Educación Superior.

En ese sentido, queremos destacar que como Universidad sólo en 2011 entregamos becas propias a 1.564 alumnos nuevos, es decir, al 14,2% de los nuevos estudiantes que ingresaron a la Universidad.

Nuestro compromiso sigue intacto, pero para terminar con las brechas y la desigualdad, se requiere de un Estado que no discrimine, sino por el contrario, fomente el acceso a la Educación Superior.

Calidad: el foco de la reforma

Nuestro compromiso con la calidad es irrenunciable. En ese contexto, este punto debe ser uno de los pilares de la reforma al sistema.

El ingreso de las Universidades Privadas al sistema de Educación Superior del país ha elevado considerablemente las oportunidades para miles de jóvenes que hoy no tienen cabida en las Universidades Tradicionales, ya sea porque éstas no tienen capacidad para abastecer toda la demanda o porque, simplemente, no fueron “seleccionados” por estas instituciones para poder ingresar. Ya señalamos como la gran cobertura bruta en Educación Superior que ha alcanzado a un 48.2% en este año, obedeció al enorme aporte de las universidades privadas no tradicionales.

Si vemos la evolución de la cantidad de alumnos totales en los últimos 6 años, los números son categóricos: mientras las Universidades del CRUCh crecieron en promedio 2,5%, las UES Privadas lo hicieron en 10,6% y estas últimas, como ya señalamos, sufrieron una menor alza en sus aranceles en el mismo período.

En ese contexto es que la calidad impartida por las instituciones de todo tipo merece ser discutida. Hoy se requieren profesionales diversos, con distintas miradas que sean capaces de adaptarse al mercado laboral. La diversidad de proyectos que han aportado las Universidades Privadas es precisamente lo que ha hecho que existan más profesionales, con miradas diversas y con mayores conocimientos.

La competencia, como en todas las áreas, siempre ayuda en ese sentido.

Nuestra Universidad puede demostrar, con creces, que los resultados de sus egresados van en línea con la calidad de la educación que entregamos. Por ello también hemos puesto un gran esfuerzo en la capacitación y calidad de nuestros docentes, obteniendo el primer lugar de las Universidades Privadas en cantidad de profesores con Ph.D. (Ranking Qué Pasa).

Más aún, en varias oportunidades hemos sido destacados por nuestro aporte en Investigación, no sólo siendo la primera y única Universidad Privada acreditada en esta materia, sino obteniendo muy buenos resultados en rankings a nivel nacional y reconocimientos internacionales.

Si queremos referirnos a indicadores duros de calidad y pertinencia de nuestro proceso educativo, debemos con orgullo mencionar las cifras arrojadas por nuestras mediciones internas que coinciden con las enviadas recientemente por el SIES. El 89% de nuestros egresados consiguen trabajo a los 6 meses de egresados y 92% de los empleados están en un trabajo relacionado con su carrera. Además el 86% de ellos considera estar remunerado a valor de mercado o por sobre él.

Por ello es que parte de nuestras propuestas apuntan a mejorar los estándares de acreditación de las Universidades y por ello nos entusiasma estar inmersos en un proceso de acreditación internacional con una agencia como la Middle States Comission for Higher Education, establecida desde 1919, cuya seriedad y acompañamiento mejorará nuestra eficiencia institucional y educativa a nivel comparable con las más prestigiosas universidades del mundo.

De manera paralela, en más de una oportunidad, hemos manifestado que la calidad de los estudiantes no puede seguir siendo medida sólo por su puntaje PSU. Los méritos académicos y esfuerzos de los alumnos, deben empezar a ser considerados para el proceso de admisión y la entrega de financiamiento estatal.

Institucionalidad: Derribar mitos

Es en este punto donde creemos existe una serie de confusiones y mitos que es de nuestro interés contribuir a derribar.

Primero que todo se ha tildado a algunas universidades de lucrar. Como Universidad Andrés Bello, reiteramos responsablemente que absolutamente todos los excedentes producidos por nuestra operación –tal como lo exige la ley- son reinvertidos en distintas áreas que tienen relación con la Universidad, ya sea infraestructura, capacitación, más docentes, nuevos programas, investigación, entre otros.

Es así como, a modo de ejemplo, hoy estamos embarcados en la construcción de un nuevo campus único en Viña, la que implica inversiones en esa sede sobre los US$ 60 millones en los próximos dos años.

Una universidad en Chile por Ley debe organizarse como corporación la que, en esencia, es sin fines de lucro, por lo que no puede extraer excedentes. U. Andrés Bello cumple a cabalidad la legislación. Nuestra postura es clara en ese sentido: las instituciones que no lo hagan debe ser sancionadas tal cual establece la norma.

Por ello, concordamos con la iniciativa de crear una Superintendencia de Educación Superior, que en el marco de una nueva legislación o la existente vele porque la ley se cumpla.

Se ha dicho que el sistema es poco transparente. UNAB en este tema siempre ha sido proactiva y tiene a disposición de todos quienes quieran verla, sus memorias institucionales en nuestro sitio web, además de informar como todas las universidades sus estados financieros al SIES, el que los hace públicos a través de su página web (www.sies.cl).

Para finalizar, quiero hacer extensiva la invitación a reflexionar sobre lo que necesita Chile en materia de Educación Superior, priorizando los temas que urge modificar e intentando tener una discusión informada que tenga como foco principal lo que todo Chile anhela: una Educación Superior de calidad que pueda ser extensiva y asequible para todos los jóvenes que quieran acceder a ella.

Dr. Pedro Uribe J.

Rector

Universidad Andrés Bello

Escrito por: Prensa-UNAB